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24 Nov 2024
24 Nov 2024
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Los efectos de la pornografía en los jóvenes: sexo duro y violencia

Uno de cada cuatro españoles consume pornografía antes de los 12 años, frente a un 45% que lo hace en una etapa que comprende entre los 12 y los 15
Hombre y mujer erótico

Un informe reciente del Centro Reina Sofía de Fad Juventud, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, advierte sobre el creciente consumo de pornografía entre adolescentes.

Además, Save the Children ha elaborado un informe, el primero en abordar las problemáticas específicas de la adolescencia con un enfoque transversal de género y desde la diversidad. Eb él sostiene que proteger a niños, niñas y adolescentes de la violencia y garantizar su bienestar requiere una comprensión profunda de su realidad.

Enfoque e importancia de la adolescencia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce entre los 10 y los 19 años, una etapa que sigue a la niñez y precede a la edad adulta. Este periodo se caracteriza por un rápido crecimiento y cambios significativos, superados solo por los que experimentan los lactantes.

El Comité de los Derechos del Niño insta a los Estados a centrarse en la adolescencia para promover los derechos de los jóvenes y ayudarlos a superar los desafíos en su transición a la vida adulta en un mundo cada vez más complejo. Este organismo describe la adolescencia como una etapa única y decisiva para las futuras oportunidades en la vida. Subraya que las experiencias positivas en la infancia son fundamentales para el desarrollo adolescente, y este, a su vez, es crucial para la vida adulta.

Las expectativas de la población adolescente y las de los adultos sobre esta etapa de la vida son extremadamente altas. La adolescencia es vista como un periodo de exploración personal y de cambios significativos que anticipan la vida adulta. Durante esta fase, los jóvenes buscan y construyen su propia identidad a través de ensayo y error. Factores individuales, sociales, culturales y económicos influyen en este proceso, siendo los cambios corporales una parte fundamental de la exploración adolescente.

Por otro lado, el descubrimiento de los cambios en el cuerpo durante la adolescencia no escapa a los mandatos de género impuestos por la sociedad. La influencia de estos factores es significativa en el desarrollo de los jóvenes, marcando su camino hacia la adultez y su búsqueda de identidad propia.

Edad de primer contacto con la pornografía

La investigación, que encuestó a 1.259 jóvenes y consultó a cuatro expertos en sexualidad, revela que uno de cada cuatro adolescentes en España ha visto pornografía por primera vez antes de los 12 años, y un 45% lo hace entre los 12 y los 15 años. En promedio, el primer contacto con la pornografía se da alrededor de los 13 años. Los chicos suelen acceder a estos contenidos entre los 12 y 13 años, mientras que las chicas lo hacen entre los 13 y 14 años. Preocupantemente, un 19,6% de las chicas y un 27,5% de los chicos acceden por primera vez a la pornografía antes de los 12 años.

Facilidad de acceso y frecuencia de consumo

Razones principales para ver pornografía

Los jóvenes afirman que recurren a la pornografía por diversas razones: el 46,4% lo hace para masturbarse, el 36,7% para excitarse, el 21,1% para reducir el estrés, la ansiedad o la frustración, el 19,5% para divertirse, el 17,2% por curiosidad, el 16% para descubrir sus gustos y el 11,8% para aprender sobre sexo. Las chicas tienden a consumir pornografía motivadas por la curiosidad, la exploración y el aprendizaje, mientras que los chicos lo hacen principalmente para masturbarse o divertirse.

Sin embargo, uno de los mayores problemas de la pornografía es su representación irreal y estereotipada del sexo, que suele denigrar a las mujeres y distorsionar las relaciones sexuales. Este tipo de contenido a menudo incluye elementos como la dominación masculina, la cosificación y la violencia, los cuales no reflejan una relación sexual sana y consensuada. Estas representaciones pueden crear expectativas poco realistas sobre el sexo y fomentar comportamientos irrespetuosos.

Violencia y consumo de ‘Hard Porn’

Además de la baja edad de acceso, otro motivo de preocupación es el tipo de pornografía consumida por los adolescentes. El estudio revela que el ‘hard porn’, que incluye desnudos y actos sexuales explícitos o violentos, es el más visto por los jóvenes. En concreto, el 45,6% de los adolescentes que consumen pornografía lo hace con mucha o cierta frecuencia, siendo este tipo de contenido más consumido por los chicos (53,3%) que por las chicas (35,8%).

Expertos destacan una clara relación entre el consumo de pornografía y la adopción de prácticas violentas, influenciadas en parte por los estereotipos machistas presentes en estos contenidos. Un tercio de los jóvenes cree que la pornografía puede fomentar la reproducción de la violencia en las relaciones sexuales reales. Además, el 31% piensa que contribuye a la creación de fantasías sexuales que incluyen ejercer o recibir violencia.

El porno duro y sus variantes

El porno duro, conocido en inglés como «hardcore porn», es un género de la pornografía que incluye representaciones gráficas y detalladas de actos sexuales explícitos. Entre las escenas comunes se encuentran el sexo anal, vaginal, felaciones, cunnilingus, anilingus, fisting, eyaculaciones, gangbangs y sexo grupal.

Dentro de este género, es posible observar todo tipo de actividades sexuales, con el sexo heterosexual como una de las prácticas más comunes. No obstante, también es frecuente encontrar sexo lésbico, homosexual, tríos y sexo en grupo, incluyendo orgías.

Además, entre los subgéneros del porno duro se encuentran el gonzo, el feature, el fetichismo y el sadomasoquismo, entre otros. Este género es ampliamente conocido y se destaca como uno de los más consumidos en el mercado de la pornografía.

Percepciones sobre la discriminación y la violencia

Según el informe, el 43,1% de los jóvenes (55% de las chicas y 32,4% de los chicos) considera que la pornografía discrimina frecuentemente a las mujeres. Asimismo, el 37% (48,2% de las chicas y 26,7% de los chicos) cree que fomenta la violencia sexual. Además, el 35,8% de los jóvenes opina que el consumo de pornografía promueve un menor uso del preservativo.

El estudio también revela que el 30% de los jóvenes percibe una relación entre el consumo de pornografía y las presiones para tener sexo o realizar ciertas prácticas sexuales, además de sentir presión personal. Las chicas, en particular, consideran que la pornografía tiene una mayor influencia en todas las cuestiones planteadas, reflejando una mayor preocupación sobre su impacto negativo.

Para un 40% de los jóvenes, ver pornografía afecta negativamente aspectos importantes de sus vidas. Cerca de un 35% ha dejado de realizar actividades que les interesan debido a su consumo de porno, y un 14,1% lo hace con frecuencia. Además, un 30% ha tenido problemas con su familia o amigos por ver pornografía, con un 10,7% enfrentando estos conflictos regularmente. Un 12,8% se siente mal cuando no puede ver pornografía.

Aspectos positivos del consumo percibido por los jóvenes

A pesar de los problemas, un 59,8% de los jóvenes cree que la pornografía ha llevado a una mayor experimentación en sus relaciones sexuales. Además, el 56,1% afirma que les ha ayudado a conocer y comprender mejor el sexo, el 49,5% la ve como una fuente de inspiración, y el 49,3% siente que ha mejorado su satisfacción en las relaciones sexuales.

Educación sexual en adolescentes

Por otro lado, se observa la necesidad urgente de mejorar la educación sexual entre los adolescentes. Casi la mitad de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años confiesan no haber recibido una educación sexual de calidad en sus hogares, y el 45,9% indica la carencia de este tipo de educación en sus escuelas.

Solo aproximadamente el 10% de los jóvenes está completamente satisfecho con la educación afectivo-sexual que ha recibido, lo que subraya la urgencia de mejorar la calidad y amplitud de la información sexual que se les proporciona.

En este sentido, el acceso temprano de los adolescentes a la pornografía ha abierto el debate sobre la prohibición del uso de dispositivos móviles a edades tempranas. Sin embargo, los expertos advierten que prohibir el acceso a smartphones puede ser insuficiente, ya que los jóvenes tienen múltiples dispositivos a su alcance. La solución, señalan, radica en el acompañamiento y la educación para ayudarles a comprender y gestionar la información sexual disponible en línea.

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