España está llena de fascismo. Hay más fascistas que camisas negras jamás siguieran marchando a Roma junto con Mussolini. Más nazis que en los actos que realizaba Hitler en Núremberg. Más franquistas que cuando Franco (¡chupito!) llevaba a cabo actos de afirmación nacional en la Plaza de Oriente. ¡España es el mayor fachódromo del mundo oigan ustedes! Y el fascismo lo inunda todo y cada aspecto de la vida en España. Es un no vivir.
Tenemos un presidente que tenía tres años cuando al ferrolano le llevaron al Valle de Cuelgamoros (nombre original, a mí no me digan nada, que ya que quitaron el de Valle de los Caídos para restaurar el original, ¡habrá que poner el original de verdad y no su derivación fonética sobre absurdos muros colgantes!). Familias de padres están pronto a cumplir medio siglo de vida desde el óbito en la cama del que tanto antifa de salón luchó cuando ya estaba más muerto que Rascayú.
Como el valiente de un tal Zapatero, que quitó la estatua que estaba en la que yo llamaba oficiosamente «Plaza de la Transición» en Madrid. Un lugar al inicio de los Nuevos Ministerios, donde llegaron a convivir el monumento a Isabel la Católica, el dedicado a la Constitución del 78, la ecuestre del dictador, a cuya vera pusieron, nada menos, que las de Indalecio Prieto… ¡y la de Largo Caballero! Enga eclecticismo histórico. Un tal Felipe González, ante tal valiente acto, declaró: «a los dictadores hay que quitarles en vida». Queda todo dicho.
Pero es que la Historia es lo que tiene. Que está lleno de pasajes de todo tipo y condición, y deja huellas en estatuas, pinturas, escudos… en las ciudades. Hay quienes prefieren reescribir, tirar, borrar… Hay quienes piensan que lo mejor es eliminar todo aquello que fueran vestigios que recuerden ominosos tiempos y personajes. Aunque de manera selectiva, claro. Porque esto no va de historia y ni siquiera de política. ¡Va de revancha! ¿O es que ahora vamos a considerar a Fernando VII un gran rey constitucional, que tanto hizo por… cargársela, que hasta permitió una invasión francesa de nuevo, la de los Cien Mil Hijos de San Luis y de su colipoterra madre gabacha? Porque entonces tendremos que demoler, no ya el Arco de la Victoria como se propone, que está en la Moncloa entrando por la carretera que viene de La Coruña a Madrid, sino también demoler la Puerta de Toledo, al sur de la capital, erigido en honor del rey felón.
Como lo mismo no se dieron cuenta, les transcribo lo que pone en la inscripción: «A Fernando VII, el Deseado, padre de la Patria, restituido a sus pueblos, exterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagra este monumento de fidelidad, de triunfo y de alegría». ¡Una alegría que te rilas su reinado con su década ominosa absolutista que termina metiéndonos en una Guerra Civil. La primera que así se denominó oficialmente. La Carlistada. Una sangría cruel entre hermanos… pero que como ya no hay nadie que la recuerde, a nadie le importa este dictador.
Vivimos en unos tiempos en que lo único que se busca es una especie de revancha absurda, pero sobre todo, en la que el enemigo luce, según el imaginario progrewoke, camisa azul mahón de manera perenne, y peregrina todos los domingos a escuchar misa en Mingorrubio, en el Pardo, para dar los gritos de ritual sobre la España que fue una y a ver en cuántas acaba; grande, aunque cada vez la veo más pequeña; y libre, para decir todo aquello que sea acorde al pensamiento biempensante y políticamente correcto.
Tengo yo de franquista lo que de monja clarisa de convento. Y aunque me apasione la Historia, de nostálgico sólo de las lecturas de Flash Gordon creyendo que viviría de mayor viajes espaciales y que visitaría otros mundos. Va a dar igual. Sé que tengo la etiqueta de facha por todo esto. Como los que son del Madrid. Los taurinos. Los carnívoros. Los que tienen coches diésel. Los que no le echan mariconás al gintónic. Y, por supuesto, los que preferimos la tortilla con cebolla. Fachas. Todos fachas. Fachas everywhere…
1 comentario en “¡La tortilla con cebolla es facha!”
Cada artículo mejor que el anterior. ¡Viva la tortilla con cebolla!