El independentismo catalán está preparando un recibimiento triunfal para Carles Puigdemont en su regreso a Cataluña, buscando emular o incluso superar eventos históricos como el retorno de Josep Tarradellas en 1977, quien volvió a España tras 38 años en el exilio.
En aquella ocasión, una multitud se congregó en el aeropuerto del Prat y en las calles de Barcelona para recibirle, destacando sus palabras en la plaza de Sant Jaume: «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!»Junts pretende recrear esa escena con Puigdemont rodeado de seguidores en el Paseo de Lluis Companys, un lugar simbólico para el secesionismo catalán.
La intención es infligir una humillación al Estado español y evitar su detención mediante el respaldo multitudinario, o bien boicoteando la investidura de Salvador Illa en caso de arresto, ya que el presidente del Parlament ha anunciado la suspensión del pleno en tal escenario.
Para este recibimiento, Junts solicitó al Ayuntamiento de Barcelona, liderado por el socialista Jaume Collboni, la instalación de un escenario frente al Arco del Triunfo. El miércoles por la tarde se colocaron dos pantallas gigantes en este lugar, preparándose para transmitir en directo la llegada y posibles declaraciones de Puigdemont.
Se llevaron a cabo pruebas de imagen y sonido usando una imagen del expresidente, y se valló el espacio para proteger la infraestructura. La organización del evento comenzó tras el anuncio de Puigdemont sobre su viaje de regreso a España después de siete años. Diversos grupos independentistas, encabezados por Junts, difundieron una convocatoria en redes sociales para una «recepción institucional» el jueves a las 09:00 de la mañana, una hora antes del pleno para la investidura de Illa.
La gran recepción tendrá lugar en el paseo de Lluís Companys, cerca del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, el Arco de Triunfo y el Parque de la Ciutadella, donde se encuentra el Parlament. Entre los convocantes están el Consell de la República, la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y los CDR. ERC y la CUP también confirmaron su asistencia, con Òmnium destacando que recibirán a Puigdemont «con los brazos abiertos».
ERC reiteró su apoyo al regreso de Puigdemont y la aplicación de una ley de Amnistía, informando que recibirán al expresidente en el Parlament. Betona Comín de Junts criticó inicialmente a ERC por su supuesto alineamiento con el PSC, pero los republicanos aclararon su intención de unirse al recibimiento.
A pesar de que la policía asegura que la detención de Puigdemont será inminente, las Fuerzas de Seguridad buscan realizarla discretamente para evitar conflictos con los sectores más radicales del independentismo. La convocatoria, en pleno agosto y un día laborable, se espera que atraiga a varios cientos de personas, entre 600 y 800, aunque los independentistas anticipan una cifra mayor.
La jornada de investidura promete ser políticamente intensa. Vox, liderado por Ignacio Garriga, ha convocado a sus seguidores a protestar contra Puigdemont, anticipando un posible enfrentamiento entre ambos grupos. Las Fuerzas de Seguridad intentarán prevenir altercados, aislando a los manifestantes de Vox, pero no se descartan tensiones durante el día.
