Los cuerpos de cinco personas han sido encontrados por los buzos de la Guardia Costera y de los bomberos en el casco del velero Bayesian, que se hundió el pasado lunes frente a la costa de Sicilia. Hasta el momento, se han recuperado cuatro de los cadáveres, incluyendo a un hombre y una mujer que estaban atrapados detrás de dos colchones. Los cuerpos han sido trasladados en grandes bolsas verdes al puerto de Porticello, donde se procederá a su identificación por parte de los forenses y los familiares.
Rescate y primeros identificados
El velero transportaba a 12 pasajeros y 10 tripulantes cuando naufragó, y 15 personas fueron rescatadas poco después del incidente. Con el hallazgo de los nuevos cadáveres, el número de muertes confirmadas asciende a siete, incluyendo al cocinero del yate, cuyo cuerpo fue recuperado el lunes. Entre los desaparecidos identificados el miércoles se encuentran Mike Lynch, dueño del yate, su hija Hannah, de 18 años, y dos destacados ejecutivos, Jonathan Bloomer, presidente del grupo de seguros Hiscox y Morgan Stanley International, y su abogado Christopher Morvillo.
Investigación y posibles causas del naufragio
Expertos apuntan a un error humano como la principal hipótesis del naufragio del velero Bayesian, de 56 metros de eslora, que se hundió en cuestión de segundos durante una tormenta en la madrugada del lunes. Este miércoles, el capitán del yate, James Cutfield, un experimentado neozelandés de 51 años fue interrogado durante dos horas por la Fiscalía de Termini Imerese, que ha iniciado una investigación sobre el incidente.
Interrogantes sobre la seguridad del velero
La principal pregunta que surge es cómo un yate tan moderno y avanzado, de 473 toneladas brutas, pudo hundirse tan rápidamente a menos de un kilómetro del puerto de Porticello, cerca de Palermo. Según las reconstrucciones de medios italianos y del Financial Times, una serie de errores y coincidencias trágicas desestabilizaron el velero. Entre estos errores se mencionan una escotilla en la cubierta superior que quedó abierta, la orza móvil del barco en posición elevada, un mal posicionamiento del buque y un retraso en la activación del sistema automático de seguridad.
Especial atención se ha centrado en la orza móvil, una pieza metálica que asegura la quilla del barco y aumenta su estabilidad. En condiciones normales, la quilla del Bayesian se sitúa a 9,83 metros de profundidad con la orza completamente bajada, lo que permite contrarrestar las fuerzas producidas por su enorme mástil de 75 metros de altura. Sin embargo, para maniobrar en puertos con fondos marinos menos profundos, el velero puede reducir su calado a 4,05 metros. Los buzos encontraron la orza levantada en las primeras inspecciones del velero hundido, lo que sugiere que estaba en su posición de menor estabilidad.
La tormenta y el fallo en la reacción
El lunes por la noche, el velero fue golpeado por ráfagas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora, lo que fue suficiente para hacer zozobrar la embarcación, según los informes meteorológicos. Los expertos sugieren que una ola anómala podría haber impactado al velero, llenándolo de agua en cuestión de segundos. La tripulación, posiblemente subestimando el peligro, no logró asegurar la estabilidad del barco a tiempo, ya que se necesitaban al menos 30 minutos para bajar la orza y varios minutos adicionales para arrancar los motores y levantar el ancla, tiempo del que no dispusieron.