La reciente gira del presidente Pedro Sánchez por Mauritania, Gambia y Senegal genera la primera gran fractura política dentro del gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. Esta tensión revela la divergencia en las políticas migratorias entre los socios de gobierno, y expone un conflicto de mayor calado en torno a la coherencia del discurso socialista sobre la inmigración.
Durante su visita a Senegal, Sánchez sorprendió al afirmar que «es imprescindible el retorno de quienes han llegado a España irregularmente», una declaración que no tardó en generar rechazo desde las filas de Sumar, encabezadas por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Este descontento fue rápidamente secundado por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien criticó al presidente por seguir la línea de la derecha en materia migratoria.
Sumar ataca con la regularización de inmigrantes
El partido de Yolanda Díaz no se limitó a expresar su desacuerdo, sino que decidió tocar una fibra sensible del PSOE: la iniciativa legislativa popular (ILP) que busca la regularización de más de medio millón de inmigrantes que residen en España de forma irregular desde 2021 o antes. Esta iniciativa, respaldada por más de 700.000 firmas, ya supuso un dolor de cabeza para los socialistas cuando el Congreso debatió su toma en consideración en abril. A pesar de las dudas dentro del Gobierno sobre una regularización tan masiva, el PSOE votó a favor de continuar con su tramitación parlamentaria, con la promesa de introducir enmiendas para modificar algunos aspectos clave.
Este viernes, Sumar registró en la Cámara Baja una serie de preguntas sobre el estado de la tramitación de la ILP y los planes del PSOE al respecto, destacando que la Mesa del Congreso aún no le ha dado curso y la propuesta permanece paralizada. Urtasun fue claro en su posición: «No tenemos que caer en los discursos de la extrema derecha y de la derecha, que pretenden situar las expulsiones como el único debate sobre el tema migratorio», señaló el también portavoz de Sumar. Además, subrayó que «una política progresista centrada en los derechos humanos debe reconocer que hay personas en este país que trabajan y merecen ser regularizadas y tener derechos de ciudadanía».
La Moncloa busca pasar página
Ante la creciente tensión, la Moncloa parece interesada en cerrar este capítulo cuanto antes. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, intentó desviar el foco hacia la Unión Europea, afirmando que «la inmigración tiene que ser uno de los grandes ejes de acción de la nueva Comisión Europea». Con esta estrategia, el Gobierno central busca elevar el debate migratorio al terreno europeo, alejándolo del conflicto interno que ha generado la gira de Sánchez por África.
No obstante, la gira africana de Sánchez deja un balance complicado para el PSOE, que se enfrenta a la difícil tarea de mantener la coherencia en su discurso mientras lidia con las presiones internas de sus socios de coalición. En un momento que la inmigración sigue siendo un tema divisivo, tanto dentro como fuera de las fronteras españolas.