Brasil establece un cambio drástico en su acceso a las redes sociales: la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter, fue bloqueada en todo el territorio nacional. La medida, ordenada por el Tribunal Supremo de Brasil, con la creciente disputa entre el multimillonario Elon Musk, dueño de la plataforma, y el sistema judicial brasileño.
Brasil desconectado de X
Desde que el bloqueo se hizo efectivo, millones de brasileños, incluidos importantes líderes políticos como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se han visto forzados a despedirse de X. Algunos han aprovechado sus últimas publicaciones para redirigir a sus seguidores a otras plataformas de redes sociales, mientras que otros han mostrado su descontento con la medida. Intentar acceder a la plataforma, ya sea a través de la web o de la aplicación móvil, ahora resulta en un mensaje de error, dejando a Brasil temporalmente desconectado de una de las redes sociales más populares del mundo.
Origen del conflicto
La raíz del conflicto se remonta a la decisión de Elon Musk de cerrar la oficina de representación legal de X en Brasil el pasado 17 de agosto. Decisión que fue vista como un desafío directo a las leyes brasileñas, que requieren que todas las empresas que operan en el país cuenten con representación legal local. La gota que colmó el vaso fue la negativa de Musk a nombrar un nuevo representante legal tras las amenazas del juez Alexandre de Moraes, miembro del Tribunal Supremo de Brasil, quien había advertido que los representantes locales de X podrían enfrentarse a procesos judiciales si no cumplían con las órdenes de bloqueo de usuarios específicos.
El juez De Moraes, conocido por su mano firme en la lucha contra la desinformación y el discurso de odio, ha estado involucrado en una serie de investigaciones para frenar la difusión de contenido que incita al odio y atenta contra la democracia brasileña. La plataforma X ha sido un objetivo frecuente, especialmente por su papel en la difusión de mensajes de ultraderecha y desinformación.
La disputa legal escaló aún más cuando el Tribunal Supremo rechazó una apelación de Starlink, la empresa de internet por satélite también propiedad de Elon Musk, para descongelar sus cuentas financieras en Brasil. Las cuentas fueron bloqueadas para asegurar el pago de multas impuestas como parte de las disputas legales que involucran a X. Starlink, que proporciona servicio de internet a más de 250.000 personas en Brasil, principalmente en áreas remotas como la selva amazónica, argumentó que no debería ser penalizada por las acciones de X, ya que son empresas separadas. Sin embargo, la justicia brasileña consideró lo contrario, manteniendo el congelamiento de las cuentas.
En respuesta, Musk anunció que el servicio de Starlink continuará operando en Brasil de manera gratuita, al no poder recibir pagos debido a la orden judicial. «Muchas escuelas y hospitales remotos dependen de Starlink de SpaceX», declaró Musk en X, subrayando la importancia de su servicio en áreas desatendidas por otros proveedores de internet.
Mercado en riesgo
Brasil representa un mercado significativo para X, con aproximadamente 40 millones de usuarios activos mensuales, lo que equivale a una quinta parte de la población. La plataforma, que ya ha estado lidiando con la pérdida de anunciantes desde la adquisición de Musk, ahora enfrenta la posibilidad de una erosión aún mayor de su base de usuarios si la suspensión se prolonga.
Los cierres de cuentas anteriores por orden del gobierno brasileño han incluido a figuras vinculadas al expresidente Jair Bolsonaro y a activistas acusados de socavar la democracia, lo que ha incrementado la tensión entre la plataforma y el Estado. Musk, autoproclamado «absolutista de la libertad de expresión», ha criticado abiertamente las acciones del juez De Moraes, calificándolas de censura, un argumento que ha resonado con la derecha política en Brasil.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no ha permanecido al margen de la disputa. El viernes pasado, Lula reiteró que Elon Musk debe cumplir con las leyes brasileñas, rechazando cualquier intento de eludir la autoridad del Tribunal Supremo. «Todo ciudadano de cualquier parte del mundo que tenga inversiones en Brasil está sujeto a la constitución brasileña y las leyes brasileñas», afirmó Lula en declaraciones a una estación de noticias local.
El presidente fue aún más categórico al criticar la actitud de Musk: «No puede andar insultando a los presidentes, insultando a los diputados, insultando al Senado, insultando a la Cámara, insultando a la Corte Suprema. ¿Quién se cree que es?«