Fotografía de: Devolucionarios
Capitalismo es una de esas palabras que escuchamos continuamente pero que no hay mucha gente que sepa definirla. Tenemos una vaga intuición, pero vivimos en una sociedad donde utilizamos palabras que no sabemos lo que significan, o que significan lo que diga nuestro partido político de confianza.
La izquierda, aunque también parte de la derecha, ha utilizado capitalismo de manera peyorativa, hasta el punto de que hoy a la palabra parece rodearle un aura negativa. Cuando uno escucha capitalismo se imagina enormes empresas dirigidas por empresarios con sobrepeso, traje negro, monóculo y, sobre todo, muy malvados. Esta visión ha llegado a la sociedad a través de la literatura, la política, o el propio cine, donde grandes sagas y películas tienen al capitalismo y al empresario como los villanos. No crean que esto es algo moderno, desde Tiempos Modernos (1936)de Charles Chaplin, o incluso la magnífica saga Alien, donde la compañía Weyland-Yutani es realmente el enemigo principal. Estos detalles, aparentemente sutiles, van haciendo mella y funcionan, vaya que si funcionan.
Afortunadamente seguimos viviendo en sociedades más o menos capitalistas, el sistema económico que más riqueza ha creado en la historia de la humanidad, a pesar del Estado. El capitalismo se basa en la propiedad privada de los medios de producción y en la acumulación de capital como eje principal, no nos vamos a meter con la teoría del capital, no se preocupen, sólo sean conscientes de que no solo Bill Gates o Amancio Ortega son capitalistas y acumulan capital, ustedes también lo son, la peluquera y el frutero de su barrio también son capitalistas. Una de las grandes mentiras que utiliza la izquierda es dividir la sociedad entre capitalistas (malos malvados malísimos) y los demás (ángeles), y lo cierto es que la mayoría de los capitalistas no son grandes empresarios billonarios, la mayoría de los capitalistas son pequeñas empresas, autónomos y dueños de pequeños negocios, así que cuando critiquen el capitalismo sepan que en realidad les está atacando principalmente a ellos, a las personas que son como usted.
Otra de los enormes fallos que comete la izquierda, este seguramente sea por ignorancia, es pensar que el capitalismo es consumo, que el consumismo es la base del sistema económico actual. Esto es algo que piensa mucha gente, hay personas que creen que dejando de consumir están siendo anticapitalistas, pero, todo lo contrario, la base del capitalismo es el ahorro. El capitalismo no deja de ser una idea, una idea tremendamente sofisticada y civilizada que nos hace no consumir hoy los recursos que tenemos, sino ahorrarlos para después invertirlos o consumir en el futuro, eso es el capitalismo. Consumir todos los recursos que se tienen es algo propio de sociedades tremendamente pobres, las tribus africanas actuales o países muy pobres consumen todo lo que tienen, según la lógica izquierdistas deberían ser las personas más capitalistas del mundo. La civilización viene de la represión de los instintos y los deseos más fuertes, y el consumo es un deseo enorme, ahorrar es lo antinatural, la represión del instinto, la civilización. Así que no, el capitalismo no es consumo desenfrenado, el capitalismo es ahorro previo, porque sin ahorro no hay consumo posterior.
Lejos de perder la batalla de los conceptos y dejar de utilizar la palabra capitalismo, soy un fiel defensor de que hay que seguir utilizándola, debemos de estar muy orgullosos y sobre todo agradecidos de vivir en un país (por el momento) capitalista, porque el capitalismo es riqueza y civilización.
