Hércules

Registrarse

|

Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

|

23 Nov 2024
23 Nov 2024
EN VIVO

La Vera Cruz: el largo viaje de la cruz donde murió cristo

Una historia de dos mil años, una de las mayores reliquias de la historia– quizás la más famosa de los cristianos - que ha pasado por diferentes miradas, diferentes manos a través del espacio y el tiempo hasta difuminarse. El gran tesoro de la Cristiandad.

Imagen de la Vera Cruz liebaniega

Esta historia comienza con una madre y un hijo, Santa Helena de Constantinopla y su hijo el emperador romano Constantino. En aquel siglo III D.C. el cristianismo dejó ser perseguido para ser reconocido en todos los territorios del Imperio romano por el Edicto de Milán. Fue en ese momento que la madre del hombre más poderoso decidió seguir el Evangelio, Santa Helena quería que la palabra de Cristo prevaleciese y su mirada se puso en su origen mitológico, en la ciudad santa de Jerusalén para cerciorarse de que esa historia sobre Jesús en aquella tierra era cierta.

Fue así que a sus 70 años, viajo hasta allí para preguntar y presionar a los judíos sobre el lugar donde había sido crucificado Cristo, señalando estos una cima donde se encontraba un templo romano dedicado a Venus. Helena decidió excavar en aquel lugar, y bajo tierra encontró los restos de tres cruces y una esponja con vinagre para limpiar heridas así como una inscripción de madera de los crucificados.

Cuenta la leyenda que para asegurarse de cuál era la cruz de Jesús, decidió poner un cadáver sobre ella y éste resucitó. Sea o no cierto, la realidad es que a partir de ese momento el templo romano fue derribado para construir la primera basílica del Santo Sepulcro. Como consecuencia de tal descubrimiento, La Vera Cruz o Lignum Crucis pasó a formar parte de los tesoros de ese gran santuario mortuorio y fue así que Jerusalén formó parte del mapa de los viajeros para siempre. 

De una monja gallega a las Cruzadas

Desde entonces, los cristianos la adorarían y tal era su poder de magnetismo y atracción que hasta cruzarían el mundo para honrarla si era así necesario; dejándolo todo para seguir una estela de lugares dignos que visitar. Es el enigmático caso de Egira, una monja nacida en tierras de Hispania, en la antigua provincia romana de Gaellica en el siglo IV D.C. Nuestra paisana dejó los muros de su convento para peregrinar a Tierra Santa, en uno de los mejores y más antiguos Itinerarium que se hayan hecho sobre aquellas tierras y su forma de vida, un viaje lleno de fe e inteligencia cuyas descripciones cayeron en el olvido hasta el siglo XIX, cuando su manuscrito fue redescubierto en una biblioteca italiana aunque de forma incompleta. Egira contempló la Vera Cruz, siendo una pionera para aquellos cristianos cuya religión se había convertido en la oficial del imperio, y deseasen vivencias llenas de espiritualidad y conocimiento.

Y así fue durante dos centurias hasta que todo cambio en el siglo VII, cuando los persas consiguieron llevarse la santa reliquia de Jerusalén. El Imperio bizantino no permitió aquella afrenta y el emperador Heraclio entró en guerra contra ellos, trayéndola devuelta consigo a los territorios imperiales; hasta que dichos territorios cayeron en manos del Islam unas décadas después, cambiando para siempre el panorama y provocando enormes dificultades para aquellos que deseaban seguir venerándola. Con la Primera de las Cruzadas en el 1099 y la llegada de una armada de caballeros procedente de los reinos cristianos occidentales en post de la reconquista de Jerusalén, el santo madero volvió a estar bajo custodio cristiana, precisamente en manos de la legendaria Orden de los Caballeros del Temple.

 Diseminada por Europa

No obstante y a raíz de las Cruzadas, el tiempo que duró el Reino latino de Jerusalén durante el siglo XI y antes de que la Santa Cruz se perdiese para siempre en manos del famoso Saladino – sultán y gran caudillo musulmán –  tras arrebatársela en victoria y perderse para siempre en la batalla de los Cuernos de Hattin del 1187; muchos cristianos de todos los confines de Europa habían peregrinado a Tierra Santa en post de contemplar esas grandes reliquias.

En plena era de apogeo de las peregrinaciones, los cristianos podían depositar sus rodillas ante la codiciosa y legendaria cruz, para sentirla entre sus brazos y sus labios al tocarla y besarla. Fue en este contexto que muchos no querían regresar a sus respectivos hogares con las manos vacías, y qué mejor que llevarse una parte – aunque fuese una pequeña astilla – de tan sagrado madero entre sus manos o dientes. Al final, el poseer algo tan simbólico traería reconocimiento y riqueza para su lugar de procedencia, una simple población podría cambiar para siempre atrayendo fortuna y gloria; la fe mueve montañas, nunca mejor dicho. Y así fue.

Entre los muchos destinos europeos, destaca el caso de la ciudad de París, y la excelsa Santa Capilla o Saint-Chapelle. Que muy cerca de la Catedral de Notre Dame y también de estilo gótico, se encuentra este templo que hace de gigantesco relicario para tal santo madero; construido en tiempos del rey francés Luis IX o San Luis quien fuera precisamente de cruzada a Tierra Santa en la Sexta Cruzada. Y aunque pueda quedar ensombrecida por la fama de Notre Dame, precisamente esta capilla es puro gótico porque ostenta quizás las más bellas vidrieras de la Cristiandad. Un edificio hecho por y para la luz, en post de iluminar al mundo y sus fieles.

Otro ejemplo paradigmático lo tenemos en España, y no es para menos, pues nuestra tierra ostenta y conserva hasta nuestros días el trozo más grande del mundo de esta santa reliquia. En el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria y a los pies de los Picos de Europa, se halla este lugar fundado siglos antes que las Cruzadas, nada más y nada menos que en el siglo VI gracias a la amistad entre clérigos a un lado y otro del Mediterráneo. La ciencia a través de la datación del Carbono 14 ha identificado su madera originaria de un ciprés rojo que solo crece en tierras palestinas y que posé dos milenios de antigüedad.

Comparte la nota

Deja un comentario

Noticias relacionadas

Las imágenes de Hércules en Pompeya

Entre los muchos temas que abundan en la pintura pompeyana, en sus diversos estilos, hay...
Comedian

Comedian, la banana pegada con cinta adhesiva a la pared, se vende en una subasta por más de 6 millones de dólares

Comedian, que dividió al mundo del arte en 2019, ha sido vendida en una subasta...
No hay más noticias
Scroll al inicio

Secciones

Secciones