Elon Musk no es solo una de las personas más ricas del planeta, también es una de las más conocidas por sus polémicos movimientos empresariales .
Esta vez se encuentra en el ojo del huracán por demandar a OpenAI, desarrolladora del ya renombrado ChatGPT, y al dirigente de dicha firma, Sam Altman. Las razones aducidas públicamente no son aceptadas por todos, que ven otras intenciones detrás de este movimiento, y la demanda no ha quedado sin respuesta por parte de los demandados.
La cuestión sobre la que gira todo este conflicto es un supuesto incumplimiento de contrato. Conviene recordar que Elon Musk y Sam Altman fueron socios hace no tanto tiempo, aunque Musk posteriormente abandonara la empresa. El sudafricano acusa a Altman de incumplir sus tratados fundacionales, entre cuyos preceptos se encontraba crear un código de IA abierto que no pusiera en peligro la humanidad.
Así, la empresa vendió recientemente a Microsoft su GPT-4 por una exorbitante cifra de 13.000 millones que muchos vieron como una compra encubierta de la entidad. De este modo OpenAI se convertiría, supuestamente, en una filial de Microsoft, una de las empresas de tecnología más poderosas del mundo. Para Musk esto compromete sus valores fundacionales, siendo la actividad de la empresa potencialmente dañina para la sociedad.
La respuesta de OpenAI
Desde OpenAI han tachado de infundada la denuncia de Musk, llegando a explicarla como una suerte de rabieta del multimillonario, muestra de su arrepentimiento por haber abandonado la compañía en su momento.
Con respecto a las acusaciones, han respondido que su objetivo «es construir una AGI y asegurarnos de que su impacto sea lo más positivo posible. Somos capaces de atraer el capital necesario, hacer que la tecnología sea ampliamente utilizable, y también proporcionar guardarraíles según lo requiera la sociedad y la conciencia«.
De manera más concreta, en cuanto a su vínculo con Microsoft, han asegurado que ellos mismos deciden qué investigar y construir, cómo dirigir la empresa, a quién sirven nuestros productos y cómo vivir su misión. No obstante, es innegable que el desarrollo de IA en Microsoft ha crecido exponencialmente desde que empezó a hacer negocios con la citada firma.
Finalmente, algunos explican esta jugada de Musk en clave no humanitaria, ni personal, sino de pura estrategia empresarial. El magnate acaba de sacar al mercado su propio sistema basado en iteligencia artificial, Grok, siendo competencia directa de ChatGPT.
Al mismo tiempo, ha sido muy crítico con el gasto de recursos (especialmente electricidad) que suponen las IAs, y con el riesgo de escasez que supone su uso a corto plazo. Él, junto con otros empresarios del sector, lleva tiempo advirtiendo de esta amenaza, e instando a los diferentes países del mundo a tomar medidas inmediatas para aumentar su capacidad de generación de energía y evitar mayores problemas.
