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Pedro Sánchez, junto a su nuevo jefe de Gabinete, Diego Rubio, ha iniciado una transformación profunda en la estructura de poder en La Moncloa. Con la salida de figuras clave como Óscar López y Antonio Hernando, quienes asumen nuevas responsabilidades en el Gobierno, Rubio ha tomado las riendas y este martes, en el Consejo de Ministros, se aprobará una renovación del equipo. Los nuevos miembros destacan por ser jóvenes y con una sólida trayectoria profesional, aunque no completamente ajenos a la política. La intención es refrescar el gabinete de cara a una legislatura que se vislumbra larga, con la mira puesta en 2027.
Perfil académico y meritocrático: nuevos rostros en los altos cargos
El nuevo gabinete, según fuentes del Ejecutivo, será paritario con igual número de hombres y mujeres en los altos puestos. Entre los nombres que asumen roles destacados, la mayoría comparte un perfil académico fuerte, con formación en universidades públicas y experiencia en el extranjero. Este es el caso de Ángel Alonso, que será el nuevo director adjunto, y Ana Ruipérez, quien ocupará el puesto de directora del gabinete de Rubio. Ambos cuentan con experiencia en instituciones académicas y organismos internacionales.
José Fernández Albertos, otro fichaje destacado, asumirá como secretario general de Política Nacional, tras una carrera en el CSIC y una destacada formación académica en la Universidad Complutense y Harvard. Asimismo, Borja Monreal, exdirector de la ONG SIC4Change, dirigirá las políticas públicas de La Moncloa, mientras que Silvia Calzón se encargará de la atención y respuesta ciudadana, un área clave que se reforzará para atender las demandas de la ciudadanía.
Rubio ha liderado la incorporación de nuevos talentos, no solo en los altos cargos, sino también entre asesores, con perfiles similares a los de los nuevos directivos. No obstante, también se han producido ceses dentro del equipo actual, como el de José Alarcón, quien hasta ahora dirigía el departamento de Políticas Públicas.
Continuidad y liderazgo en tiempos de cambio
A pesar de los numerosos cambios, se mantienen figuras clave dentro del entorno del presidente. Paco Salazar, hombre de confianza de Sánchez, seguirá como enlace entre La Moncloa y el PSOE, un rol crucial tras la salida de López y Hernando, dos veteranos del partido. Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación, también continuará en su puesto, directamente vinculado a Sánchez.
Sin embargo, los rumores dentro del PSOE sobre posibles fricciones entre la Moncloa y la sede del partido en Ferraz, como ocurrió durante la gestión de Iván Redondo, persisten. Desde la Moncloa aseguran que, gracias a la labor de Salazar y la cercanía de Sánchez con Santos Cerdán, la relación se mantendrá fluida y coordinada. Además, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, sigue siendo una figura clave, al ser también la número dos del PSOE.
Perspectivas de futuro y posibles cambios en el Gobierno
Con la mirada puesta en el congreso del PSOE previsto para finales de noviembre, se especula sobre la posibilidad de nuevos cambios en el partido y, eventualmente, en el Gobierno. Aunque Sánchez no ha adelantado sus intenciones, se espera que algunos liderazgos regionales sean renovados, e incluso que la vicepresidencia de Teresa Ribera, quien se va a la Comisión Europea, también se vea afectada. En cualquier caso, en un PSOE donde Sánchez tiene el control absoluto, todas las decisiones pasan por él, lo que refuerza su papel como líder indiscutido del partido y del Gobierno.
