Imagen: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP/AFP
El Gobierno de Estados Unidos se ha volcado este lunes en la conmemoración del primer aniversario de los ataques de Hamás contra territorio israelí. El presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden participaron en una ceremonia fúnebre judía junto a un rabino en la que encendieron una vela yahrzeit, utilizada en el judaísmo para honrar la memora de los fallecidos.
Tanto Biden, que sostiene que ningún otro presidente estadounidense ha hecho tanto por Israel, como su vicepresidenta Kamala Harris han emitido sendos comunicados en los que reiteran su compromiso con el pueblo judío y el derecho de Israel a defenderse.
La ceremonia, celebrada en la sala azul de la Casa Blanca, fue oficiada por el rabino Aaron Alexander de la Congregación Adas Israel, amigo de la familia del estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, que fue tomado como rehén por Hamás y cuyo cuerpo fue encontrado a finales de agosto en un túnel en Rafah, en la Franja de Gaza.
El aniversario se ha vivido con gran intensidad en el principal aliado militar, diplomático y económico de Israel. El año de guerra en Gaza ha dejado en EE.UU. profundas divisiones políticas, especialmente dentro del Partido Demócrata. 46 de los 1.200 muertos en los ataques del 7 de octubre eran estadounidenses, y una docena de los 250 rehenes secuestrados. Desde el comienzo del conflicto, Biden ha declarado su apoyo inquebrantable al Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu.
Además del comunicado, Harris tenía previsto participar en una ceremonia en su residencia oficial en Washington, en el Observatorio Naval, para plantar un árbol en recuerdo de las víctimas de aquel día. Su rival republicano, el expresidente Donald Trump, se reunía por su parte en Florida con líderes de la comunidad judía estadounidense.
Reclaman un alto del fuego en Gaza
“La vicepresidenta Harris y yo seguimos totalmente comprometidos con la seguridad del pueblo judío, la seguridad de Israel y su derecho a existir. Apoyamos el derecho de Israel a defenderse de los ataques de la milicia chií libanesa Hezbolá, de Hamás, de los rebeldes hutíes en Yemen y de Irán, el Estado que les patrocina a todos ellos”, declaraba Biden en su comunicado, en el que también insistía en reclamar un acuerdo de alto el fuego para Gaza.
Este alto el fuego permitiría el intercambio de prisioneros por rehenes y abriría el paso al fin de la guerra, una meta que no se ha conseguido pese a numerosas rondas de conversaciones desde diciembre. “Los israelíes y palestinos merecen vivir en seguridad, paz y dignidad”, insiste.
Acerca del conflicto en la frontera israelí-libanesa, Biden ha asegurado: “Seguimos creyendo que una solución diplomática en la región fronteriza es la única vía para restablecer una calma duradera y permitir el regreso sanos y salvos a sus hogares de los residentes en ambos lados [de la línea divisoria]”.
