Imagen: El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska LUIS TEJIDO / EFE
La DANA que este martes ha asolado la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha no recibió la máxima calificación en el Sistema Nacional de Protección Civil. El Ejecutivo valenciano decretó el nivel 2, que implica solicitar el auxilio de los medios del Estado, pero sin renunciar a sus competencias. Ahora, según informa El País, desde el Ministerio del Interior reconocen que el Gabinete de Crisis reunido el martes por la noche en La Moncloa valoró la posibilidad de decretar una “emergencia de interés nacional”, pero se consideró que “no era necesario”. Esto hubiera supuesto el traspaso de las competencias autonómicas a las estatales, por lo que el Gobierno hubiera asumido la dirección de todo el dispositivo.
No obstante, decidieron no hacerlo porque la Generalitat valenciana estaba “actuando correctamente”, no había solicitado declarar el nivel 3 y hacerlo unilateralmente era “como aplicar un artículo 155” de la Constitución, arrebatando a la comunidad autónoma sus competencias.
Desde la primera hora del martes, tanto la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) como la Conferencia Hidrográfica del Júcar emitieron sendas alertas rojas por lluvias torrenciales en el litoral. Hacia las 13 horas, la vicepresidenta Teresa Ribera subrayaba las “preocupantes alertas” de la Aemet y protección civil. Mientras, el presidente valenciano Carlos Mazón señalaba que la DANA se estaba desplazando hacia la sierra de Cuenca. Pese a ello, la Generalitat valenciana decretó el nivel 2 de emergencia en las comarcas de Utiel, Requena y La Plana a las 15 horas. Y a las 19.17 elevó a toda la provincia a ese mismo nivel.
No fue, en todo caso, hasta las 20 horas cuando el Gobierno autonómico lanzó una alerta a la población en sus móviles a través del sistema Es-alert. Media hora más tarde, la Generalitat Valenciana solicitó la intervención de la UME (Unidad Militar de Emergencias).
Mazón intenta pasarle la pelota al Gobierno central
Este miércoles, Mazón ha intentado trasladar al Gobierno central la responsabilidad por la demora de su Ejecutivo en alertar a la población de las lluvias torrenciales. Desde Interior han puntualizado que la decisión de no enviar las alertas a la población hasta las 20 horas correspondió en exclusiva a la Generalitat valenciana.
El sistema español de protección civil prevé tres niveles de emergencia: el 1, el más bajo, se aplica cuando se producen daños “en zonas localizadas” que pueden ser controlados mediante el empleo de los medios y recursos disponibles en las mismas. En función del ámbito territorial al que afectan, se activa el plan de emergencia local, municipal o autonómico.
Decretar el nivel 2, como hizo el Gobierno del popular Mazón a primera hora de la tarde, supone reconocer que los daños causados por la emergencia “superan la capacidad de atención de los medios o recursos disponibles y que se prevé una extensión o agravación significativa de los mismos”. En ese caso, la comunidad autónoma puede solicitar “la incorporación de medios estatales” al dispositivo de emergencia, pero la dirección y coordinación de todos los recursos sigue en manos del Ejecutivo autonómico.
Sin embargo, aunque se valoró la posibilidad de hacerlo, el Gobierno no quiso dar el paso de elevar al nivel 3, el máximo previsto, la emergencia provocada por la gota fría. De haberlo hecho, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habría tomado el mando de todo el dispositivo de protección civil, asumiendo la dirección y coordinación de todos los recursos, tanto los del Estado como los autonómicos o locales. Incluso podría haber requerido medios de comunidades autónomas a las que no afecte la emergencia. Eso hubiera supuesto quitar el mando al presidente valenciano, pero también al castellano-manchego, Emiliano García-Page.