Conmemorándose casi medio año del fallecimiento del escritor checo Milan Kundera, analizamos en detalle su obra más exitosa: La insoportable levedad del ser. Ambientada en tiempos de la Primavera de Praga y la invasión soviética en 1968, el conflicto bélico es el telón de fondo para una novela de tono existencialista y filosófico que aborda temas como el amor, los celos o el miedo. La novela fue publicada en 1984, convirtiéndose en un clásico que ha acompañado a diversas generaciones hasta nuestros días.
Curiosamente, en estos últimos años se ha producido un aumento en el interés por la obra, interés que se ha terminado de acrecentar con la muerte de su escritor el pasado verano. A pesar de la distancia que separa la época en la que se publicó de la actual, su contenido sigue en plena vigencia hoy en día, encontrando en la sociedad actual el lugar perfecto para plasmar bajo palabras embellecidas por una sintaxis elegante la debilidad de los sentimientos humanos.
La Insoportable levedad
La lectura de La insoportable levedad del ser puede resultar algo densa debido a la gran cantidad de conocimientos y disciplinas a las que alude. No obstante, el tono sarcástico que Kundera emplea en ocasiones sirve como un punto de encuentro con el lector, que logra siempre volver a conectarse con el libro en los momentos más complicados.
Se aborda la teoría de Nietzsche del continuo retorno, así como se tratan las aportaciones del psicoanálisis freudiano, resultando todos estos planteamientos filosóficos fundamentales para llegar a comprender a los personajes. Por otra parte, e igualmente relacionado con lo anterior (no es casual su inclusión en la obra y su relación con los postulados de Freud), los sueños y su significado son un elemento cohesionador de la novela.
Estos llegan a formar parte de la propia realidad confundiendo al lector y haciendo que resulte difícil distinguir entre lo real e imaginario. Intercalando estas referencias con otras de índole histórica, política o artística Kundera le ofrece al lector más inquieto una cantidad de oportunidades para acercarse a un universo donde lo interartístico y la intermedialidad alcanzan su máxima expresión.
La novela se articula en base a cuatro personajes, trasladando la idea del triángulo amoroso a un cuadrado: Tomás, Teresa, Franz y Sabina. Cada uno de ellos representa una forma distinta de relacionarse en el plano amoroso y de entender la vida. La levedad y el peso serán los dos ejes articulatorios sobre los que se forman los diferentes personajes.
El peso de la propia vida que solamente puede soportarse si se aligera de alguna forma, se oculta o se trata de aceptar la poca importancia de la existencia humana. En un momento social en el que las relaciones humanas están en el punto de mira, los personajes de la obra de Kundera se presentan como un reflejo de nosotros mismos; vemos en su realidad episodios cotidianos y sentimientos con los que nos identificamos.
Los personajes de Kundera
Seguir a los personajes en su historia personal es, en muchas ocasiones, como hablar con uno mismo. Kundera se cuela en la psique de los personajes, pero en lo más privado, como si fuésemos capaces de abrirlos en canal y observar sus vísceras, ver cómo están hechos por dentro, lo que no llegamos a conocer nunca de los demás es ahora visible, y es algo que puede que no nos hayamos atrevido ni a mirarlo en nosotros mismos.
De esta forma, la novela muestra a unos personajes a corazón abierto, que están dispuestos a remover nuestros temores más internos, descubriéndonos incluso alguno nuevo, con una dureza que golpea al lector desde la primera página. La insoportable levedad del ser precisa, por tanto, de una lectura valiente. Valiente por el compromiso que requiere por parte de un lector dispuesto a leer de una forma reflexiva y consciente, y también por la posibilidad de encontrar el reflejo de uno mismo en unos personajes que están destinados desde el principio a descubrir la levedad vital que nos persigue y nos impide avanzar.
Tomás y Teresa son los dos personajes que tienen más peso y una mayor carga simbólica. Viven una historia de amor basada en el engaño por parte de Tomás y los celos de Teresa. Él solo puede escaparse del peso de la existencia mediante la infidelidad, mientras que ella no consigue librarse de la gran maleta que la acompaña en toda la novela, metáfora de su propio peso.
Teresa es un personaje que sufre desde la primera página hasta la última, con la que resulta difícil no crear un vínculo afectivo que traspasa lo literario. Se trata de un reflejo de nuestros miedos e inseguridades. Este personaje trata de encontrar el alma a través del cuerpo, siendo una víctima de su propia mente, lo que la lleva a no ser capaz de tomar sus propias decisiones y a ser un mar de inseguridades y de deseos incontrolables que no consigue alcanzar.
La insatisfacción acecha continuamente a Teresa y Tomás por todas partes, salvados por la existencia de Karenin, un perro que comparten y que parece que les une de forma definitiva en la última etapa de su relación.
No deja de resultar curioso el éxito y el renovado interés que la novela suscita en la actualidad. No es habitual disponer del reposo ni tener el interés que requiere la lectura de una obra de este estilo, para la que se necesita dejar un tiempo de reflexión en el que todo lo leído pueda cuajar en nosotros de la mejor forma posible.
Por otro lado, ha habido más de una voz que ha señalado el carácter antiguo o poco acorde con la modernidad de algunas ideas expresadas por Kundera, sobre todo en relación con la forma de concebir la relación de pareja y las dinámicas que se establecen en esta.
Dejando esto de lado, no parece que haya que hacer un gran ejercicio de actualización en las realidades que Milan Kundera muestra. El gran acierto de la obra es la escritura desde el alma del propio narrador, que en muchas ocasiones parece identificarse con la persona real que se encuentra tras esas palabras. A modo casi de monólogo interior, el autor pasa rápidamente a representar a una colectividad un tanto ambiciosa: el ser humano. Las preguntas de Tomás sobre su vida y su relación son, en realidad, un reflejo de todos nosotros.
Kundera consigue llegar a lo más profundo, hacernos reflexionar y mostrarnos lo dura que es la realidad. Esta obra es la plasmación de una crisis existencial colectiva, una crisis que todos hemos experimentado y que nos vuelve a aflorar al leer sus páginas. Los cimientos sobre los que nos asentamos se vuelven cada vez más inestables a medida que avanzamos en la lectura, hasta llegar a un punto sin salida fruto de haber caído en la trampa mortal que Kundera nos tenía preparada.
Una vez hemos llegado a este callejón sin salida solo tenemos dos opciones: aceptar la insoportable levedad del ser y hacer de esta nuestra mejor aliada o caer en una profunda tristeza y resignación de la que difícilmente podremos escapar.
La insoportable levedad de lo Kitsch
El término Kitsch presenta numerosas interpretaciones y definiciones, pero todas lo señalan como un término artístico que designa al “arte falso”, a la producción en mayor o menor medida de varias formas de “mentira estética”. Surge con la modernidad, y está ligado a la industrialización cultural y la excesiva comercialización. El gusto por lo feo y las cosas de poco valor artístico forman lo kitsch, que se define como lo vulgar, regresivo o infantiloide. En la actualidad, se ha convertido en toda una señal de identidad, criticada y amada a partes iguales.
Milan Kundera introduce este término en La insoportable levedad del ser y ofrece una visión alternativa sobre sus implicaciones. En la novela, el kitsch es aquello que apela a nuestras emociones.
Como si de una preciosa planta trepadora que adorna una casa en ruinas se tratase, lo kitsch se encuentra por todas partes y oculta lo más común y lo más vulgar de la sociedad, es en palabras de Kundera “la negación absoluta de la mierda”. Así, aprovecha el término para ir en contra de los totalitarismos, hablando de un kitsch soviético. La izquierda occidental y los defensores del comunismo soviético para él son parte de este fenómeno artístico que pierde su significación inicial para definir una nueva realidad.
