El impacto de un misil en la ciudad ucraniana de Dniéper durante la madrugada del 21 de noviembre no solo causó alarma, sino que marcó un momento clave en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Aunque inicialmente se desconocía el tipo de proyectil utilizado, el presidente ruso, Vladimir Putin, pronto confirmó que se trataba del Oreshnik, un nuevo misil convencional de alcance intermedio.
Mientras Rusia afirmaba haber utilizado el Oreshnik, Ucrania sugería que podría tratarse de un misil Kedr, aunque las características técnicas no coincidían. La posibilidad de que el proyectil fuera otro tipo de misil, como el balístico intercontinental Rubezh, también quedó descartada, dado que un lanzamiento de esa magnitud habría sido detectado por las agencias de inteligencia internacionales. El Oreshnik, descrito por Putin como un misil con capacidad hipersónica y equipado con una ojiva no nuclear, alcanzó su objetivo viajando a una velocidad de hasta Mach 10, según datos oficiales. Sin embargo, expertos han puesto en duda esta cifra, estimando velocidades más moderadas de alrededor de 3.200 km/h.
Un misil de alcance intermedio con capacidad hipersónica
El ataque en Dniéper mostró las capacidades avanzadas del Oreshnik. Un video del impacto reveló seis clústeres de objetos cayendo al suelo, lo que llevó a los analistas a suponer que el misil portaba submuniciones cinéticas en lugar de explosivos tradicionales. Estas submuniciones, diseñadas para destruir objetivos con energía cinética, representan una amenaza significativa, especialmente cuando se lanzan a velocidades tan altas. El misil fue lanzado desde el polígono de pruebas de Kapustin Yar, en la región de Astracán, y cubrió una distancia de entre 800 y 850 kilómetros. Aunque el rango típico de los misiles de alcance intermedio es de 1.000 a 5.500 kilómetros, este tipo de proyectil parece haber sido diseñado también para ataques a menor distancia.
El desarrollo del Oreshnik y su origen
Todo apunta a que el Oreshnik es obra del Instituto de Tecnología Térmica de Moscú conocido por desarrollar misiles más ligeros y de menor alcance en comparación con el Centro de Cohetes Makeyev, que se especializa en proyectiles de combustible líquido para trayectorias más largas. El MIT ha desarrollado previamente sistemas similares, como el misil RSD-10 Pioneer, activo en la década de 1970, y el RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental con un rango de entre 2.000 y 6.000 kilómetros. Según expertos, el Oreshnik podría ser una evolución de estos diseños, adaptado a las necesidades actuales del conflicto.
El desarrollo de este tipo de armas se ha acelerado desde que expiró el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en 2019. Este acuerdo, vigente desde 1988, prohibía la producción y despliegue de misiles de alcance medio y corto tanto para Estados Unidos como para la Unión Soviética. La ausencia del INF ha permitido que Rusia desarrolle armas como el Oreshnik, cuya versatilidad y capacidad para portar ojivas hipersónicas o convencionales lo convierten en una herramienta estratégica. Estos misiles son especialmente peligrosos debido a su capacidad de llegar a sus objetivos en cuestión de minutos, complicando las defensas y aumentando el riesgo de una escalada militar.
Según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, Rusia notificó a Estados Unidos sobre el lanzamiento del Oreshnik 30 minutos antes de su ejecución, un movimiento que parece diseñado para demostrar poder y, al mismo tiempo, evitar una reacción inmediata. El uso de esta arma generó una ola de precauciones en Europa. Varias embajadas occidentales, incluida la de Estados Unidos en Kyiv, cerraron temporalmente ante la posibilidad de nuevos ataques.