Imagen: Cecilia Sala-Reuters
La periodista italiana Cecilia Sala, encarcelada desde el pasado 19 de diciembre en Irán por violar las leyes de la República Islámica, ha sido liberada y ya viaja hacia Italia, informó este miércoles el Gobierno italiano. «El avión que llevaba a casa a la periodista Cecilia Sala ha despegado de Teherán hace unos minutos. Gracias a un intenso trabajo en los canales diplomáticos y de inteligencia, nuestra compatriota ha sido liberada por las autoridades iraníes y está de regreso a Italia», se indica en un comunicado.
La periodista ha estado encarcelada unos 20 días en la prisión de Evin, en Teherán, una de las peores cárceles de Irán. Fue el pasado 30 de diciembre cuando Irán confirmó que había sido detenida el 19 de diciembre en Teherán «por violar las leyes de la República Islámica de Irán». Así lo anunció en un comunicado el departamento general de medios de comunicación extranjeros del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, que no detalló qué normas incumplió la periodista.
El caso de Cecilia Sala
El pasado 19 de diciembre, la periodista especializada en información internacional, fue detenida en su hotel sin cargos y trasladada a la prisión de Evin, en el norte de la capital iraní, donde permanecía en régimen de aislamiento.
Según las informaciones compartidas por las autoridades iraníes, «la detención ha tenido lugar siguiente la normativa vigente» en el país, donde la «embajada italiana ha sido informada» de ello, «garantizando el acceso consular y el contacto telefónico con la familia», se explica desde la agencia pública de noticias de Irán.
La detención podría estar relacionada con una estrategia del régimen de Teherán para pedir un intercambio de presos con Italia. Más concretamente, podría estar relacionada con Mohammad Abedini Najafabadi, ciudadano iraní detenido en el aeropuerto milanés de Malpensa, cuya extradición ha sido solicitada por Estados Unidos por haber exportado ilegalmente un sistema de vuelo para drones.
Esta práctica consistente en el uso de presos con doble nacionalidad y extranjeros como medida de presión o para el intercambio de prisioneros con otros Estados, es una práctica que ha sido denunciada por diversas organizaciones de Derechos Humanos, así como el trato, en general, a los periodistas occidentales.