Imagen: ministro de Transportes, Óscar Puente I EFE
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, liderado por Óscar Puente, trabaja en la creación de un operador ferroviario europeo de gran alcance que compita en el mercado internacional. La iniciativa, respaldada por el Gobierno de Pedro Sánchez, busca integrar tres compañías clave del sector: Renfe, Adif y Talgo.
Estrategia para la integración
La propuesta se basa en la consolidación de las empresas públicas Renfe y Adif, adscritas al ministerio, y la incorporación de Talgo, una compañía privada actualmente en venta. Para garantizar el control del Estado, Puente ha designado a personas de su confianza en los puestos clave de Renfe y Adif. Álvaro Fernández de Heredia fue nombrado presidente de Renfe, mientras que Luis Pedro Marco de la Peña asumió la dirección de Adif en septiembre.
El ministro también apoya la oferta de compra presentada por la vasca Sidenor, que valora las acciones de Talgo en 4 euros. Sin embargo, esta propuesta ha sido rechazada por los accionistas mayoritarios de Talgo, agrupados en la sociedad Pegaso, al considerarla inferior a la oferta inicial de 5 euros de la húngara Magyar Vagon, vetada previamente por el Gobierno español.
El modelo Aena como referencia
Óscar Puente ha expresado públicamente su intención de transformar Renfe en una empresa similar a Aena, el mayor gestor aeroportuario del mundo. Actualmente, Aena es la sexta empresa más valiosa del Ibex 35, con una capitalización de más de 31.000 millones de euros, y gestiona 87 aeropuertos en varios países.
Renfe, en cambio, enfrenta dificultades financieras. En los últimos cuatro años, ha acumulado pérdidas de más de 1.000 millones de euros. Aunque las cifras negativas se han reducido, la compañía aún dista de alcanzar los niveles de rentabilidad y proyección internacional que caracterizan a Aena.
Obstáculos financieros y legales
La integración de Renfe, Adif y Talgo no está exenta de desafíos. Por un lado, la situación financiera de Renfe, especialmente de su filial Renfe Viajeros, representa un lastre para la operación. Por otro lado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha mostrado en contra de la fusión, argumentando que obstaculizaría la liberalización del transporte ferroviario en España.
La idea de unificar Renfe y Adif en un holding no es nueva. Fue planteada en 2016 por Íñigo de la Serna, entonces ministro de Fomento con el Gobierno del Partido Popular, pero quedó estancada tras el cambio de administración. Desde 2005, la separación entre operadores y propietarios de infraestructuras, promovida por la Unión Europea, ha sido objeto de críticas por su impacto en la eficiencia del sector.
Talgo, pieza clave en la ecuación
En el Gobierno consideran que cualquier integración entre Renfe y Adif quedaría incompleta sin Talgo. La incorporación de este fabricante de trenes es vista como un paso esencial para garantizar cadenas de suministro estables y evitar injerencias extranjeras. La fórmula planteada incluye la participación del Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y del Gobierno vasco, mediante su fondo de inversión.
Sin embargo, el futuro de Talgo sigue siendo incierto. La oferta de Sidenor cuenta con el respaldo del Gobierno, pero los accionistas principales de la empresa mantienen su exigencia de una propuesta que supere los 5 euros por acción y garantice la capacidad industrial necesaria para responder a la creciente demanda de pedidos.