Imagen: ciudad de Portugal
El continuo aumento de los precios en Portugal ha generado preocupaciones sobre una posible burbuja inmobiliaria. Carlos Tavares, exministro de Economía luso, advirtió sobre similitudes con la crisis de 2008. Según un estudio del Observatorio de Políticas Económicas de Sedes de 2023, los precios de la vivienda en Portugal a finales de 2022 eran un 75% superiores al máximo alcanzado antes del estallido de la crisis financiera global de 2007/2008.
Un país más caro que España
Según datos del portal inmobiliario Idealista, el precio medio de la vivienda en el interior de Portugal se situó en julio de 2024 en los 2.654 €/m². De hecho, Lisboa ya alcanza los 5.600 euros.
Otras ciudades portuguesas también superan a las españolas en precios. Oporto, con una población de apenas 215.000 habitantes, registra un precio medio de 3.560 €/m², superior al de Madrid. Incluso Funchal, en la Isla de Madeira, iguala a la capital española con 3.500 €/m². En España, solo San Sebastián, con más de 5.500 €/m², se acerca a las cifras de Lisboa, que lidera con claridad.
Preocupaciones por una posible burbuja inmobiliaria
Tavares atribuyó esta escalada al impacto de políticas monetarias y una oferta de crédito abundante, factores típicos en escenarios de burbuja. Aunque en ambos países se descarta de momento una crisis inminente, la situación preocupa a expertos, quienes señalan que la combinación de precios elevados y factores externos podría desembocar en un contexto económico complejo si no se toman medidas adecuadas.
El Gobierno portugués facilita la recalificación de suelos rústicos
El Gobierno de António Costa planeaba ampliar las zonas urbanas hacia áreas calificadas como rústicas, donde hasta ahora solo podían desarrollarse promociones públicas. Sin embargo, su sucesor, Marcelo Montenegro, ha ido más lejos. El 30 de diciembre, el Ejecutivo aprobó una modificación al Régimen Jurídico de los Instrumentos de Gestión Territorial, que entrará en vigor a finales de este mes. La nueva normativa busca convertir suelos rústicos en urbanos con el objetivo de aumentar la oferta de vivienda en zonas donde los precios son más asequibles.
Según el ministro adjunto de Cohesión Territorial, Manuel Castro Almeida, esta reforma es «una ley antiespeculativa», tal como señaló en el diario Público. El cambio legislativo pretende abordar el problema del acceso a la vivienda en Portugal, donde el aumento de precios ha generado preocupación en los últimos años.
Controversia por la eliminación de alquileres accesibles
La reforma exige que un 70 % del suelo recalificado se destine a vivienda pública o de valor moderado, pero ha eliminado una disposición clave: la obligación de garantizar alquileres accesibles. Originalmente, los promotores privados tendrían que arrendar viviendas a precios al menos un 20 % inferiores a los valores medianos en cada municipio.
Sin esa exigencia, la nueva ley permite que las viviendas construidas en suelos recalificados puedan venderse a precios superiores a los actuales en la mayoría de los municipios, según cálculos del periódico Público. Esta flexibilización ha generado críticas, ya que podría dificultar el acceso a la vivienda en lugar de facilitarlo, especialmente en zonas con alta demanda.