Daniel Sancho se enfrenta a la mayor condena posible por el presunto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta en la corte provincial de Koh Samui, Tailandia. Así, enfrenta acusaciones de homicidio premeditado y del descuartizamiento de Arrieta.
Un juicio con medio centenar de testigos
Se espera que el juicio se prolongue durante aproximadamente cuatro semanas, con sesiones programadas de martes a viernes. Aunque las cámaras no tendrán acceso, se permitirá la presencia de periodistas, aunque estos no podrán tomar notas ni grabar. Más de 50 testigos están programados para comparecer, con Sancho previsto como el último en declarar.
El incidente entre Daniel y Edwin
Arrieta llegó a Koh Phangan, una de las islas turísticas de Tailandia, el 31 de julio de 2023, para unas vacaciones con Sancho, tras conocerse en 2022 a través de Instagram y se reunieron el 2 de agosto en un bungaló alquilado.
Según la versión inicial de la policía tailandesa, ambos hombres se pelearon, resultando en un puñetazo de Sancho a Arrieta, quien cayó y golpeó su cabeza. Sin embargo, la muerte se habría producido cuando Sancho comenzó a cortarle el cuello. Sancho inicialmente confesó el crimen alegando celos y miedo a la traición.
Acusaciones y Defensa
Sancho, en prisión provisional desde agosto, enfrenta tres cargos: homicidio premeditado, ocultación del cuerpo tras el descuartizamiento y destrucción de la documentación de la víctima. Ha declarado no ser culpable del asesinato premeditado, aunque admitió la ocultación del cuerpo.
La fiscalía busca probar que la muerte de Arrieta fue un asesinato premeditado, argumentando que él cortó el cuerpo en partes y lo envolvió en plástico retráctil. Sin embargo, la defensa mantiene que fue un accidente durante una pelea, alegando defensa propia.
Posibles Consecuencias y Sentencia
Tailandia contempla la pena de muerte para el asesinato premeditado. Si el español es condenado, podría solicitar clemencia al rey, aunque esto no garantiza una reducción de la pena. Si es condenado a cadena perpetua, podría ser trasladado a una cárcel española, aunque esto implicaría un proceso largo y complejo.
Un precedente similar es el caso de Artur Segarra, otro español encarcelado en Tailandia por asesinato premeditado. Segarra admitió ser el autor del crimen, lo que llevó a que su pena fuera conmutada por cadena perpetua. Actualmente, espera ser trasladado a España.