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23 Nov 2024
23 Nov 2024
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Eurovisión: entre celebración y controversia

Hace ya algunos años que los tiempos de gloria para España terminaron, lejos queda el oro de Massiel y Salomé, o la plata de Karina y Mocedades
Participantes España Eurovisión

El inicio de España en Eurovisión

Desde su debut en el Festival en 1961, con Conchita Bautista, España ha mantenido una presencia ininterrumpida en el certamen. Años después, en 1999, adquirió un estatus privilegiado al unirse al selecto grupo conocido como el «Big Four». Se trata de un grupo conformado originalmente por Alemania, Francia y el Reino Unido. Este fue ampliado en 2011 con la inclusión de Italia, después de su regreso al festival tras catorce años de ausencia. Debido a esto, fue renombrado como el «Big Five». Esta distinción otorga a estos países el pase directo a la final, eximiéndolos de competir en las semifinales. El principal motivo es la destacada contribución financiera a la Unión Europea de Radiodifusión.

Una participación récord

Con 54 participaciones desde su última victoria hasta el año 2023, España ostenta el récord como el país con más apariciones en el festival. Además, figura entre un selecto grupo de naciones que han obtenido la victoria en su propio territorio, compartiendo este logro con Israel, Luxemburgo, Irlanda y Suiza. La gloria eurovisiva ha sonreído dos veces a España, con victorias consecutivas en 1968 y 1969, y un total de once apariciones en el top cinco a lo largo de su historia en el certamen.

Y, como era de esperar, era imposible que la política y las influencias de poder no se inmiscuyesen en lo que, a priori, parece un simple festival musical…

¿Qué es el Big Five?

La génesis del exclusivo grupo de naciones privilegiadas en el Festival de la Canción de Eurovisión se remonta a un revés sufrido por Alemania en 1996. Esto se debía a que, siendo el principal contribuyente económico a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), se quedó fuera de la competencia. La ausencia de Alemania representó un desafío financiero significativo tanto para la UER como para los organizadores del evento. Fue entonces cuando surgió la idea de reservar un lugar en el festival para aquellos países cuyo apoyo económico a la UER y sus actividades en general fuera fundamental, independientemente de su desempeño anterior en el certamen.

Estos países, conocidos como el «Big Five», aseguraron así su presencia directa en la final del Festival de Eurovisión, sin la necesidad de competir en las rondas de semifinales. Además, tienen el privilegio de ejercer su voto en una de estas semifinales, junto al país anfitrión, en reconocimiento a su contribución financiera esencial para la UER.

Sin embargo, esta distinción ha generado cierto malestar entre algunos países participantes. De hecho, de las 83 participaciones conjuntas entre estos países desde la introducción de las semifinales, solo en 23 ocasiones han logrado clasificar entre los diez primeros. Italia ha liderado este grupo con 9 logros, seguido por Alemania con 4, mientras que España, Francia y el Reino Unido han obtenido resultados variados.

¿Amaño del Régimen con Massiel?

Reino Unido nunca nos ha tenido mucha estima y parecer que no le guste perder a nada. De ahí las fabulaciones sobre el posible amaño del certamen de 1968, cuando Massiel, aún estando sobria, se alzó con el ansiado galardón con su mítico “La, la, la”. Sin duda, se trata de una controversia que no tendría más recorrido si no fuese por las declaraciones de uno de los mayores expertos musicales que ha tenido España: José María Íñigo.

Imagen: Ogae España

El periodista y comentarista participó en un documental. En él, no dudó en arremeter contra el festival y, en este caso, contra Franco y RTVE: “en esa época, a España le interesaba mucho ganar Eurovisión, por tener un cierto renombre en algo. Tal es así que ya en épocas anteriores se habían hecho maniobras para tratar de hacerse con los votos de muchos países”. “Todo el mundo sabe, y se ha publicado, que directivos de Televisión Española y de compañías discográficas se paseaban por Europa ofreciendo editar discos de distintos cantantes búlgaros, checos, o vete tú a saber… Televisión Española estuvo comprando series que nunca se iban a poner y nunca se pusieron, con tal de que nos dieran los votos para poder ganar«.

Con estas palabras sentenciaba la primera victoria de España, un tema que Massiel siempre ha evitado. Sea como fuere, el festival se trajo a la Península, a pesar de que muchos países se negaron a acudir a un país regulado bajo una dictadura.

Segunda y última victoria

Como era de esperar, el año siguiente no estuvo exento de polémicas y es que España volvió a ganar el festival. Si bien, esta vez fue algo menos esperado, ya que la victoria fue compartida (para alivio del país) con otros tres participantes.

La edición de 1969 del Festival de la Canción de Eurovisión tuvo lugar en el Teatro Real de Madrid, asumiendo el papel de anfitrión con orgullo. La encargada de llevar la voz y el espíritu del país fue Salomé, quien cautivó al público con su interpretación de «Vivo cantando», una composición magistral de María José de Ceratto y Aniano Alcalde, con arreglos musicales a cargo del talentoso compositor Augusto Algueró.

Sin embargo, la noche estuvo marcada por una votación caótica que desencadenó un acontecimiento sin precedentes en la historia del certamen. España se vio envuelta en un empate a cuatro, acumulando 18 puntos al igual que Reino Unido, Países Bajos y Francia. Esta situación, planteó un dilema único, ya que no existía ningún reglamento previo para resolver empates en la cima.

Ante la ausencia de directrices claras, se tomó la decisión extraordinaria de declarar a los cuatro países empatados como co-ganadores, una solución que, si bien celebró la diversidad y el talento de cada nación, también generó cierta confusión y dificultades logísticas en la entrega de premios.

No hay dos sin tres

La siguiente polémico llegó diez años después, en 1979 cuando RTVE “decidió” que ganará Israel para no tener que celebrar el festival al año siguiente, o al menos así lo recoge la hemeroteca. Sin duda, un momento que no sentó nada bien a Betty Missiego y “Su canción”.

Todo parecía seguir el curso habitual de las votaciones hasta que España entró en escena. En un giro sorprendente, cuando le llegó el turno de votar, España se encontraba liderando la tabla con 116 puntos, tan solo uno por delante de Israel, el país anfitrión. Esto dejó a Betty Missiego y su canción sin margen para obtener más puntos, mientras que Israel aún tenía esa oportunidad. La delegación española, en un acto que despertó sospechas y especulaciones, decidió otorgar 10 puntos al país organizador, lo que resultó en la victoria de Israel y relegó a Missiego a la segunda posición.

Este inesperado desenlace dio origen a un rumor que perdura hasta nuestros días: ¿Acaso TVE dejó ganar a Israel para evitar la responsabilidad de organizar el Festival en medio de la incertidumbre política y social de la Transición española? Miguel de los Santos, comentarista del Festival en 1979, avivó aún más la controversia al compartir su opinión en una entrevista con Eurovision-Spain: «TVE no quiso ganar esa edición para no verse obligada a organizarla al año siguiente«.

Sin embargo, hay quienes sostienen que, en realidad, Betty Missiego fue la verdadera ganadora. Según De los Santos, bastaba con que el jurado español no hubiera otorgado la máxima puntuación a la canción israelí para que la representante española se hubiera alzado con la victoria. Este misterio, que sigue sin resolverse por completo, ha dejado una marca indeleble en la historia del Festival de Eurovisión y sigue siendo objeto de debate entre los seguidores más fervientes del certamen.

La época dorada de los 70’

Los años 60 habían sido testigo de una racha de éxitos para España en el Festival de la Canción de Eurovisión, pero mantener esa posición privilegiada parecía una quimera más que una realidad en el horizonte. Sin embargo, la llegada a escena de un joven galán llamado Julio Iglesias cambió el panorama en Ámsterdam, donde su interpretación de «Gwendolyne» cautivó a Europa. Este debut en el escenario eurovisivo marcó el inicio de una carrera musical fulgurante para Iglesias, cuyo cuarto puesto en la competición le abrió las puertas a la fama en el panorama internacional.

Un año más tarde, Karina seguiría los pasos de Iglesias con su memorable segundo puesto en el certamen. Su selección meticulosa a través del programa «Pasaporte a Dublín» le otorgó una posición destacada en un concurso donde también participaban nombres ilustres como Nino Bravo y Rocío Jurado. La posibilidad de imaginar qué habría ocurrido si Rocío Jurado hubiese sido la representante de España en el Festival sigue siendo un enigma.

 Lo mismo puede decirse de Mocedades en 1973, cuya interpretación de «Eres Tú» les valió otro segundo puesto y un lugar en la memoria colectiva de Eurovisión. Tal fue el impacto que, en 2005, el Festival celebró «Congratulations: 50 years of the Eurovision Song Contest», donde esta canción fue reconocida como la segunda mejor en la historia del certamen.

Soraya y el boicot del ente público

Superando un siglo algo turbulento, llegamos a 2009 con una deslumbrante extremeña enfrentándose en Rusia a uno de los cantantes más queridos de Europa, Alexander Rybak (quien ganó con la mayor puntuación de la historia de Eurovisión mediante el antiguo sistema de votos). Pero RTVE, de nuevo, dinamitó las posibilidades de España.

Soraya Arnelas fue la elegida para representar a España en el Festival de Eurovisión 2009 con su tema «La noche es para mí». Sin embargo, lo que ocurrió en el certamen europeo fue un giro inesperado que dejó perplejos a muchos. La cantante se encontró en la posición penúltima, obteniendo tan solo 23 puntos, en marcado contraste con los abrumadores 387 puntos del noruego Alexander Rybak, quien se alzó con la victoria.

El revés en la posición de Soraya no fue la única controversia de aquel año. TVE tomó la decisión de no emitir la segunda semifinal del festival, un movimiento que contravenía las normativas establecidas por la Unión Europea de Radiodifusión (UER). La razón detrás de esta decisión fue la transmisión en La 2 del partido del Abierto de Madrid entre Nadal y Djokovi. Sin embargo, esta programación alterada significó que la semifinal de Eurovisión se transmitiera en diferido, impidiendo a los espectadores votar en tiempo real y ocasionando pérdidas económicas para la organización del certamen.

El “Chanelazo” y un tongo ucraniano

Aquel 14 de mayo, Chanel no solo reinó en las televisiones europeas, sino también en la española. RTVE finalmente tuvo motivos para estar orgullosa de lo que la cantante logró en todos los aspectos. La final del Festival de Eurovisión en Turín atrajo a una audiencia impresionante, con una media de 6.835.000 espectadores y una cuota de pantalla del 50,8%.

Lo notable de esta hazaña es que la audiencia fue diversa y abarcó todos los grupos demográficos. Mujeres (51,1%), jóvenes de hasta 24 años (72,4%) y adultos de 25 a 44 años (64,7%) sintonizaron el evento, mostrando un interés generalizado que trascendió las barreras de edad y género.

De hecho, 35 de los 40 países participantes otorgaron puntuación a España y ocho de ellos la más alta, consiguiendo un hito histórico y una puntuación jamás vista 231 votos del jurado profesional, más los 228 del televoto. Un resultado de 459 votos que no consiguió imponerse a Ucrania, la cual obtuvo 631puntos. Una estrategia peculiar para castigar a una Rusia que poco o nada le importó no participar ese año.

Sea como fuere, Chanel fue la ganadora moral del certamen y Europa sumó otra deuda más con España en el concurso. Sobre todo, teniendo en cuenta el polémico recuento de votos, que terminó por afectar negativamente a la española relegándola a un tercer puesto detrás de Reino Unido.

Un pequeño lío en las votaciones

Minutos antes de revelar los resultados finales del jurado en la final del Festival de Eurovisión, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) informó sobre patrones irregulares detectados que habían levantado sospechas.

Se determinó que varios países se vieron afectados por esta situación. Azerbaiyán, Georgia, Montenegro, Polonia, Rumanía y San Marino fueron los países en cuestión. La decisión de penalizar a estas naciones se tomó debido a la presunción de que habían acordado otorgarse puntuaciones mutuas, según informó la televisión pública de Bélgica, VRT.

La controversia surgió cuando la UER decidió recalcular las votaciones del jurado de estos países tanto en la segunda semifinal como en la final de Eurovisión 2022. Este nuevo cálculo se realizó utilizando los resultados de otros países con votos similares, en un intento por abordar las irregularidades detectadas y garantizar la integridad del concurso, algo que terminó pro afectar a España.

Eurodramas y otros problemas

No obstante, nuestro país no es el único que se ha visto envuelto en polémicas, solo falta recordar la victoria de Dana International o la canción “prohibida” de la ucranina Jamala. Porque sí, es hora de admitir que a Ucrania siempre le ha gustado vender pena, con o sin guerra.

La primera ganadora transexual

Dana Internacional, la cantante transexual israelí que se alzó con la victoria en medio de la controversia en el Festival de Eurovisión. Dana enfrentó una ola de críticas y amenazas de muerte por parte de algunos de sus compatriotas, lo que llevó a Israel a declinar enviar un comentarista a Birmingham, la ciudad anfitriona, con la esperanza de evitar agitar aún más las aguas. Sin embargo, la canción de Dana, «Diva», no solo ganó el concurso, sino que se convirtió en un éxito internacional.

El año siguiente no estuvo exento de problemas para Israel. Como país ganador, se esperaba que organizaran el evento, pero enfrentaron amenazas de boicot, solicitudes de cancelación e incluso restricciones de acceso al público a ciertos ensayos debido a conflictos con el shabat judío. Dana regresó al escenario y, en un momento de humor, bromeó sobre el peso del trofeo, lo que resultó en una caída memorable que quedó grabada en la memoria de muchos espectadores.

El conflicto vuelve a ganar

Siempre se suele decir eso de “Eurovisión no tiene nada que ver con la política” o al menos, que las letras de las canciones no deben serlo. Parece ser que, una vez más, se hizo una excepción con Ucrania.

La edición de Eurovisión 2016 quedó marcada por la impresionante actuación de la cantante Jamala, quien cautivó al público con su interpretación de «1944». Esta canción, con una letra que rendía homenaje a los tártaros expulsados de Crimea por la Unión Soviética en ese mismo año, resonó profundamente entre los espectadores. Con su espectacular voz y mezclando el inglés con el tártaro, se alzó con la victoria en la competición, acumulando un total de 534 puntos y dejando una impresión perdurable en la historia del certamen.

Como se puede comprobar el festival no esta exento de polémicas y no parece que esto vaya a cambiar. Sea como fuere, y más todavía, a partir de este año, podremos decirle a Europa la frase de la contemporánea Bad Gyal: Hemos vuelto, zorras.

Sistema de votación

Votación del jurado profesional

El jurado profesional de cada país está compuesto por cinco expertos vinculados al ámbito de la música, la escenografía, la coreografía y la radio. Son estos especialistas los que inician su proceso de votación después de presenciar el segundo ensayo general, que se lleva a cabo el día anterior al evento principal

Cada país cuenta con un jurado, incluso aquellos que no lograron clasificar para la final. Estos otorgan 12 puntos a la actuación que consideren la mejor, y posteriormente distribuyen 10, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 punto entre las demás presentaciones. Es importante destacar que los miembros no pueden votar por el representante de su propio país en ninguna circunstancia. Y esto supone un 50% del resultado total.

Votación del público

El voto del público en el Festival de Eurovisión sigue las mismas reglas que el del jurado. Es decir, no se puede votar por el propio país desde el que se emite el voto. Las puntuaciones del televoto en cada nación, se distribuyen entre los 10 países que han recibido más apoyo. El país más votado recibe 12 puntos, mientras que el menos votado recibe 1 punto. Para emitir su voto, el público tiene la opción de utilizar una llamada telefónica, enviar un mensaje de texto (SMS) o utilizar la aplicación oficial de Eurovisión. De esta forma se completa el otro 50%.

Todos los participantes españoles

  • Cannes 1961 | Conchita Bautista con “Estando contigo” (9º puesto con 8 puntos)
  • Luxemburgo 1962 | Víctor Balaguer con “Llámame” (13º puesto con 0 puntos)
  • Londres 1963 | José Guardiola con “Algo prodigioso” (12º puesto con 2 puntos)
  • Copenhague 1964 | Los TNT con “Caracola” (12º puesto con 1 punto)
  • Nápoles 1965 | Conchita Bautista con “¡Qué bueno, qué bueno!” (15º puesto con 0 puntos)
  • Luxemburgo 1966 | Raphael con “Yo soy aquel” (7º puesto con 9 puntos)
  • Viena 1967 | Raphael con “Hablemos de amor” (6º puesto con 9 puntos)
  • Londres 1968 | Massiel con “La la la” (1º puesto con 29 puntos)
  • Madrid 1969 | Salomé con “Vivo cantando” (1º puesto con 18 puntos)
  • Ámsterdam 1970 | Julio Iglesias con “Gwendolyne” (4º puesto con 8 puntos)
  • Dublín 1971 | Karina con “En un mundo nuevo” (2º puesto con 116 puntos)
  • Edimburgo 1972 | Jaime Morey con “Amenece” (10º puesto con 83 puntos)
  • Luxemburgo 1973 | Mocedades con “Eres tú” (2º puesto con 125 puntos)
  • Brighton 1974 | Peret con “Canta y sé feliz” (9º puesto con 10 puntos)
  • Estocolmo 1975 | Sergio y Estíbaliz con “Tú volverás” (10º puesto con 53 puntos)
  • La Haya 1976 | Braulio con “Sobran las palabras” (16º puesto con 11 puntos)
  • Londres 1977 | Micky con “Enséñame a cantar” (9º puesto con 52 puntos)
  • París 1978 | José Vélez con “Bailemos un vals” (9º puesto con 65 puntos)
  • Jerusalén 1979 | Betty Missiego con “Su canción” (2º puesto con 116 puntos)
  • La Haya 1980 | Trigo Limpio con “Quédate esta noche” (12º puesto con 38 puntos)
  • Dublín 1981 | José María Bacchelli con “Y sólo tú” (14º puesto con 38 puntos)
  • Harrogate 1982 | Lucía con “Él” (10º puesto con 52 puntos)
  • Múnich 1983 | Remedios Amaya con “¿Quién maneja mi barca?” (19º puesto con 0 puntos)
  • Luxemburgo 1984 | Bravo con “Lady, lady” (3º puesto con 106 puntos)
  • Gotemburgo 1985 | Paloma San Basilio con “La fiesta terminó” (14º puesto con 36 puntos)
  • Bergen 1986 | Cadillac con “Valentino” (10º puesto con 51 puntos)
  • Bruselas 1987 | Patricia Kraus con “No estás solo” (19º puesto con 10 puntos)
  • Dublín 1988 | La Década Prodigiosa con “Made in Spain (La chica que yo quiero)” (11º puesto con 58 puntos)
  • Lausana 1989 | Nina con “Nacida para amar” (6º puesto con 88 puntos)
  • Zagreb 1990 | Azúcar Moreno con “Bandido” (5º puesto con 96 puntos)
  • Roma 1991 | Sergio Dalma con “Bailar pegados” (4º puesto con 119 puntos)
  • Malmö 1992 | Serafín Zubiri con “Todo esto es la música” (14º puesto con 37 puntos)
  • Millstreet 1993 | Eva Santamaría con “Hombres” (11º puesto con 58 puntos)
  • Dublín 1994 | Alejandro Abad con “Ella no es ella” (18º puesto con 17 puntos)
  • Dublín 1995 | Anabel Conde con “Vuelve conmigo” (2º puesto con 119 puntos)
  • Oslo 1996 | Antonio Carbonell con “¡Ay, qué deseo!” (20º puesto con 17 puntos)
  • Dublín 1997 | Marcos Llunas con “Sin rencor” (6º puesto con 96 puntos)
  • Birmingham 1998 | Mikel Herzog con “¿Qué voy a hacer sin ti?” (16º puesto con 21 puntos)
  • Jerusalén 1999 | Lydia con “No quiero escuchar” (23º puesto con 1 punto)
  • Estocolmo 2000 | Serafín Zuburi con “Colgado de un sueño” (18º puesto con 18 puntos)
  • Copenhague 2001 | David Civera con “Dile que la quiero” (6º puesto con 76 puntos)
  • Tallín 2002 | Rosa López con “Europe’s living a celebration” (7º puesto con 81 puntos)
  • Riga 2003 | Beth con “Dime” (8º puesto con 81 puntos)
  • Estambul 2004 | Ramón del Castillo con “Para llenarme de ti” (10º puesto con 87 puntos)
  • Kiev 2005 | Son de Sol con “Brujería” (21º puesto con 28 puntos)
  • Atenas 2006 | Las Ketchup con “Un Blodymary” (21º puesto con 18 puntos)
  • Helsinki 2007 | D’Nash con “I love you mi vida” (20º puesto con 43 puntos)
  • Belgrado 2008 | Rodolfo Chikilicuatre con “Baila el Chiki-Chiki” (16º puesto con 55 puntos)
  • Moscú 2009 | Soraya Arnelas con “La noche es para mí” (24º puesto con 23 puntos)
  • Oslo 2010 | Daniel Diges con “Algo pequeñito” (15º puesto con 68 puntos)
  • Düsseldorf 2011 | Lucía Pérez con “Que me quiten lo bailao” (23º puesto con 50 puntos)
  • Bakú 2012 | Pastora Soler con “Quédate conmigo” (10º puesto con 97 puntos)
  • Malmö 2013 | El sueño de Morfeo con “Contigo hasta el final” (25º puesto con 8 puntos)
  • Copenhague 2014 | Ruth Lorenzo con “Dancing in the rain” (10º puesto con 74 puntos)
  • Viena 2015 | Edurne con “Amanecer” (21º puesto con 15 puntos)
  • Estocolmo 2016 | Barei con “Say yay!” (22º puesto con 77 puntos)
  • Kiev 2017 | Manel Navarro con “Do it for your lover” (26º puesto con 5 puntos)
  • Lisboa 2018 | Amaia y Alfred con “Tu canción” (23º puesto 61 puntos)
  • Tel Aviv 2019 | Miki Núñez con “La venda” (22º puesto con 54 puntos)
  • Róterdam 2020 | Blas Cantó con “Universo” (Festival cancelado por coronavirus)
  • Róterdam 2021 | Blas Cantó con “Voy a quedarme” (24º puesto con 6 puntos)
  • Turín 2022 | Chanel con “SloMo” (3º puesto con 459 puntos)
  • Liverpool 2023 | Blanca Paloma con “Eaea” (17º puesto con 100 puntos)
  • Malmö 2024 | Nebulossa con “ZORRA”

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