La infancia es una etapa crucial en la formación del carácter y la personalidad de un individuo. Entre los 6 y los 9 años, los niños pasan por un período significativo de interacciones y reconocimiento del mundo que los rodea. Es en esta etapa, especialmente a los 7 años, cuando los recuerdos y aptitudes se graban profundamente en su subconsciente, dejando una huella permanente en su desarrollo.
Desafortunadamente, muchos niños se ven afectados por situaciones familiares colectivas que impactan negativamente en su crecimiento emocional y psicológico. Los hijos de padres separados a menudo se convierten en víctimas de disputas parentales, siendo utilizados como instrumentos de venganza o armas arrojadizas. Estas acciones, que van desde la dificultad para programar encuentros hasta la negación de permisos y la manipulación emocional, pueden llevar a una infancia difícil y la falta de un entorno familiar amoroso.
Además, los niños nacidos o adoptados en familias disociadas, aquellas en crisis de identidad de género o con trastornos por el uso de sustancias como el alcohol o la cocaína también se enfrentan a desafíos adicionales en su desarrollo. Estas conductas, que lamentablemente están en la sociedad actual, son pilares de del futuro y pueden tener consecuencias profundas en la formación de su carácter y personalidad
Es urgente que se implementen nuevas leyes que regulen y protejan el bienestar infantil, adaptando el Código Penal a un entorno seguro y positivo para los niños. La sociedad ha cambiado drásticamente en los últimos años, y nuestras regulaciones deben evolucionar en consecuencia
