Imagen: Albert Serra ha ganado la Concha de Oro con su documental ‘Tardes de soledad’ Photo by Carlos Alvarez/Getty Images
Tardes de soledad era la película más esperada del Festival de San Sebastián y ha sido también la más discutida y comentada por su calidad cinematográfica y por su novedad. Pero, sobre todo, por cómo muestra desde una perspectiva que busca la objetividad sobre uno de los temas más polémicos en la sociedad española: la tauromaquia. Tardes de soledad, el documental de Albert Serra, retrata la vida del torero Andrés Roca Rey durante cinco corridas de toros, desde que se viste de luces hasta que se desviste. El filme llevaba cinco años de trabajo y tres de rodaje. Ahora, acaba de ganar la Concha de Oro de la 72ª edición del festival de San Sebastián.
En un momento en el que España se encara en un profundo debate sobre el futuro de las corridas de toros, en el que el Ministerio de Cultura ha suprimido el Premio Nacional de Tauromaquia y en el que en Cataluña están prohibidas las corridas, Tardes de soledad dará armas y argumentos a todos los bandos.
El cineasta se define como aficionado a los toros, pero aseguraba que en el cine el autor no puede imponer su ideología, y en pantalla refleja la tauromaquia con todas sus caras y su polisemia.
El filme se estrenará en España el primer semestre de 2025, probablemente después de que se lance en Francia. Para el jurado, “Tardes de soledad abre debates”, algo que Serra siempre ha defendido. “Es una historia que viene de lejos, y el festival de San Sebastián siempre me apoyó”, recordó con el galardón en la mano el director. “Y agradezco a los protagonistas de la película que me dejaran acercarme a su intimidad. Que así lograra ese algo genuino que no tienen tantas películas, y que solo muestra el cine de autor”.
Otros premios
El premio especial del jurado ha sido para la última película en llegar al concurso, The Last Showgirl, de Gia Coppola. Protagonizado por Pamela Anderson, el filme da vida, como si fuera su espejo, a Shelley, una bailarina de 52 años de Las Vegas que encara el cierre del espectáculo, un show a medio camino entre el cabaret y el erotismo simplón de los ochenta, en el que trabaja.
También es singular, en lo que parece una decisión de consenso, que dos aproximaciones tan distintas a la dirección compartan la Concha de Plata en su categoría. Se la han llevado el español Pedro Martín-Calero por el terror transmitido a través de generaciones de mujeres infectadas por el mismo mal que refleja El llanto, y la portuguesa Laura Carreira con On Falling, que habla de cómo los inmigrantes (su protagonista es una portuguesa que sale como puede adelante en Glasgow en un gran almacén de una plataforma digital de ventas) acaban deglutidos por el neocapitalismo.