La adivinación desempeñaba un papel relevante en la esfera religiosa, cultural y política de la antigua Grecia. A través de instituciones espirituales como el oráculo de Delfos, los griegos no solo buscaban respuestas sobre cuestiones privadas, sino también sobre asuntos públicos que incumbían al bienestar de la polis.
She’s a maniac
Las actividades oculares se encontraban dentro de la llamada adivinación natural o intuitiva (mantiké átechnos o divinatio naturalis), es decir, aquella en la que la divinidad contactaba directamente con la persona con el apoyo de un intermediario (profeta o médium), el cual entraba en un estado de “manía” o éxtasis al ser inspirado por el dios. Se ha discutido acerca de cómo se llegaba al trance, especialmente la Pitia (la sacerdotisa del templo de Apolo en Delfos), pero, en cualquier caso, Platón en su Fedro 244a-b alaba esta disposición maníaca como método de acceder al verdadero conocimiento por provenir de la divinidad:
«Pues efectivamente la profetisa en Delfos y las sacerdotisas en Dodona al estar en estado de manía hicieron muchas y hermosas cosas a Grecia, tanto en lo privado como en lo público, […] y si ya hablamos de la Sibila y de otros, cuantos que se han servido del divino oráculo prediciendo exactamente muchas cosas para el futuro a muchos tuvieron éxito».
Conócete a ti mismo y también al oráculo
Tenemos atestiguados varios templos oraculares de referencia como Dodona, Delfos u Olimpia, de los cuales se nos han conservado diferentes tipos de consulta. Algunos ejemplos son los siguientes:
Cuestiones familiares: «Dios. Gerioton pregunta a Zeus sobre una esposa si es mejor para él tomar una».
«Lisanias pregunta a Zeus Naios y Deona si no es de él el hijo del que está embarazada Annyla».
Negocios: «Sócrates pregunta a Zeus Naios y Dione dedicándose a qué trabajo puede hacer mejor y sea bueno para sí mismo y su familia».
Salud: «Dios. Suerte. Leontios consulta sobre su hijo Leon si se recuperará de la enfermedad en su pecho que se apodera de él».
Asuntos religiosos: «Buena fortuna. La ciudad de los caones pide a Zeus Naios y Dione que respondan si es mejor y más bueno y más conveniente que trasladen la construcción del templo de Atenea la diosa-ciudad».
Política: «La comunidad de la… pregunta a Zeus Naios y Dione si… si se unen a la federación con los molosos será seguro para ellos».
Por último, en un momento en el que los cultos paganos estaban en decadencia por la aparición de una nueva religión llamada “cristianismo”, el emperador Juliano el Apóstata intentó reavivar el oráculo de Delfos. Entonces, envió a su médico personal Oribasio con el fin de alcanzar este cometido. Sin embargo, era demasiado tarde y la Pitia profetizó su último vaticinio fatal: «Dile al rey que la preciada casa se ha derrumbado. Apolo Febo ya no tiene morada ni su sagrado laurel. Sus fuentes callan ya, y ha enmudecido el murmullo del agua».