La portada de la novela y su autora/ Mundiario.com
El pasado jueves 10 de octubre la escritora surcoreana Han Kang fue galardonada con el premio Nobel de Literatura de este año 2024. La noticia llegó con cierta sorpresa ante el gran público, puesto que es la primera mujer coreana en lograr este reconocimiento, la primera asiática y una de las mujeres más jóvenes en conseguirlo. Un acercamiento rápido a la literatura de esta escritora nos sitúa irremediablemente ante su obra más reconocida: La vegetariana. Si no has leído nada antes de la autora, lo que encontrarás en esta novela es, sin duda, sorprendente.
Publicada en Corea en el año 2007, la novela La vegetariana llega con discreción al panorama europeo literario. No será hasta su traducción al inglés y español en el 2015 y 2017 cuando esta adquiera una mayor popularidad. El argumento es sencillo: una mujer decide repentinamente dejar de comer carne. Su marido y familiares cercanos no parecen entender su decisión, que ella justifica a través de los sueños. Esta iniciativa desencadena en un auténtico infierno para ella y su entorno, al que sume en una confusión que acaba con el bienestar de una familia entera.
Este aparente insulso argumento esconde una estremecedora realidad que Han Kang logra relatar capítulo a capítulo: la nula voluntad de las mujeres en una sociedad como la coreana y las consecuencias de vivir bajo la sombra de los demás. Yeong-hye es el nombre de la protagonista, quien en realidad representa la violencia sufrida por miles de mujeres en algunas sociedades. La forma en que se articula la novela ya nos deja una clara pista acerca de esta situación: tres capítulos que abordan la historia de una mujer, pero narrada en tercera persona, a través de la mirada de otros. Primero le cede su voz a su marido, luego a su yerno y, por último, a su hermana. Esto provoca que el lector nunca llegue a conocer a fondo la voluntad de Yeong-hye, ni sus sentimientos o lo que realmente la ha llevado a ese estado de aparente locura.
El relato sobre la misoginia y la violencia intrafamiliar es duro, alcanzando su máxima crudeza cuando el cuerpo de las mujeres aparece como algo a disposición de un hombre. Se arrebata lo más importante y primordial de un ser humano: la libertad y el poder de decisión. Hasta el último momento, Yeong-hye está supeditada a las decisiones de los demás.
A medida que se avanza en la lectura, te das cuenta de que los temas tratados van mucho más allá de la denuncia de la situación de la mujer. La novela alerta sobre el conformismo, el miedo al cambio y profundiza en la idea de que una vida llena de sueños por cumplir no es más que una pesadilla. Ningún personaje en el entorno de Yeong-hye es feliz. Los distintos personajes están inmersos en su propia tristeza y la obsesión es la vía de escape que eligen para afrontarla.
Todo esto hace que La Vegetariana sea aparentemente una novela complicada en cuanto al poco vitalismo que desprende. El mensaje que transmite no deja lugar a la felicidad en un mundo corrupto, del que todos son víctimas de sus crueles dinámicas y normas preestablecidas. Quizás la autora no quiere trasladarnos a un estado de apatía vital, sino advertirnos de las consecuencias de habitar una vida manejada por los deseos de otros.
Hay algo importante en su obra, además de la temática tratada: la originalidad. Si por algo destaca la novela es por su toque personal y distintivo. Lo peor: las descripciones a veces demasiado explícitas que llegan a resultar desagradables, aunque ayudan a incidir en la difícil situación de las mujeres.
El concepto de transformación
La forma en la que nos percibimos a nosotros mismos y a los demás suele ser estática. Basta con conocer a alguien unos días para que se genere una idea preconcebida sobre cómo es esta persona y sus rasgos fundamentales. Todo lo que se escape de esta idea nos parecerá inverosímil y debilitará nuestra relación. El cambio no es algo que valoremos cuando nos tenemos que enfrentar a una actitud inesperada.
Pero el “cambio” presenta una definición demasiado cerrada. Las personas estamos en constante transformación; la metamorfosis del ser humano no ocurre solo una vez en la vida, sino que gozamos de mil oportunidades de cambiar. Encasillarnos a nosotros mismos y a los demás parece absurdo. Esa constante transformación hay que abrazarla y Han Kang ha creado una novela que habla de esto. Entre sus páginas se encuentran muchas referencias a este cambio y a su no aceptación, que acaba en un trágico final. Si el cambio y la metamorfosis de Yeong-hye hubiese sido respetado, seguramente su nivel de obsesión no habría avanzado hasta la pérdida de la lucidez. La rigidez a la hora de comprender al resto nos cierra a la posibilidad de contemplar las continuas metamorfosis y la belleza que implica. La vida resulta más estimulante cuando aceptas el cambio, haciéndolo una nueva forma de inmovilismo.