El 2025 difícilmente podría habernos dado un mejor partido para comenzar el año. El Valencia – Real Madrid lo tuvo de todo. Goles, polémicas, una expulsión, una remontada agónica y emoción hasta la última jugada. El triunfo, sufrido como pocas veces, fue para los blancos, hoy vestidos de naranja. La frustración, toda del local.
Luego del agradecimiento del Valencia a la visita por su generosa ayuda tras la DANA, el equipo saltó al campo a comerse a su rival. Corberán entendió la situación en la que se encuentran los suyos. El primer cambio debía ser actitudinal más que futbolístico. Y así también lo entendieron los jugadores, que aún con las innegables diferencias que existen con respecto al conjunto merengue, lograron incomodarlo.
En ello colaboró también el Madrid, partido como si el ataque fuera responsabilidad de unos pocos jugadores y la defensa del resto. Foulquier y Diego López llegaban por el sector de Mendy y Luis Rioja amenazaba a Lucas Vázquez gracias al casi inexistente retroceso de Vini y Rodrygo. El Valencia estaba más cerca del primero y lo confirmó a los 30′ cuando Hugo Duro empujó al arco vacío el rebote que Courtois había dado tras un remate de Javi Guerra.
Del Madrid, pocos rastros. Apenas un tiro de Valverde en el arranque y una aparición de Vini, ambas salvadas por Dimitrievski. Si había un equipo peleando la permanencia y otro el campeonato, un despistado hubiera confundido los equipos.
Guillamón y una noche que no podrá olvidar
La victoria del Madrid se explica muchísimo más por los errores (u horrores) del Valencia que por méritos propios, que también los hubo. El primero de ellos fue el que le permitió a Jude Bellingham disponer de un penalti para igualar las acciones ni bien comenzado el segundo tiempo. Barrenechea se durmió ante Vini y Tárrega, apurado, embistió a Mbappé dentro del área, pero el inglés estrelló su remate directo contra el poste.
Instantes después, Mbappé remediaba la falla de Bellingham, aunque el VAR lo anuló por un fuera de juego milimétrico. En el aire había otra sensación. El Madrid se animaba, era más punzante que en toda la primera parte. Pero cuando más cerca del empate estaba, llegó la expulsión de Vini, que reaccionó inocentemente a una provocación de Dimitrievski. De todas formas, el Valencia iba a encargarse también de evaporar esa ventaja.
Si bien la responsabilidad es compartida entre jugadores y entrenador por haberse replegado y prácticamente renunciado al ataque, incluso con un hombre más, Hugo Guillamón difícilmente pueda dormir esta noche. El 6, ingresado en lugar de Guerra, fue muy tierno a pelear el balón que acabó en el empate de Modric (mención aparte para la soberbia asistencia de Bellingham) y directamente le entregó al ex-Dortmund el segundo tanto, regalando la pelota de frente a la portería ya en tiempo agregado.
Ni el tremendo zurdazo de Luis Rioja en el último instante del encuentro pudo cambiar la historia. El poste se lo negó. Los dos groseros fallos de Guillamón le permitieron al Madrid llevarse un triunfo impensado minutos atrás y así iniciar el año siendo líder, dos puntos por encima del Atlético, con un partido más. Y hundieron más Valencia, cuando todo estaba dado para comenzar a salir del fondo del pozo.