España ha recibido hoy lo que se denomina comúnmente como un ‘baño de realidad’. El encargado de dárselo fue Australia, un equipazo nutrido de talento y jerarquía que se alzó con el triunfo (92-80) y le indicó a ‘La Familia’ cuál es su lugar en estos Juegos. No es agradable, pero sí sincero. Toca pelear desde atrás y mientras haya posibilidades no quedan dudas de que este equipo lo va a hacer.
Con más recursos y siendo un equipo más versátil, los oceánicos tomaron el control con un 6-0 inicial y España se vio obligada remontar durante todo el partido, salvo por una breve fase en el tercer cuarto. Los de Scariolo fueron inferiores en intensidad y consistencia y eso se plasmó en el resultado con 31 puntos encajados en los primeros diez minutos. Josh Giddey, el base de 2,03 metros de Oklahoma City, fue un verdadero dolor de cabeza y un problema para el cual la defensa encontró pocas soluciones.
A pesar de los esfuerzos de Aldama, quien anotó 27 puntos con un impresionante 6 de 8 en triples, y las rachas de acierto de Llull (17 puntos), España no pudo contrarrestar el talento y la altura del equipo australiano. Lorenzo Brown no estuvo en su mejor noche, anotando solo 7 puntos con un 3 de 10 en tiros de campo, lo que dejó a la selección con una producción ofensiva insuficiente.
La esperanza de una remontada que trajeron los triples de Albrines en el tercer cuarto y que le permitieron a ‘La Familia’ ponerse arriba por primera vez (56-54) fue rápidamente contrarrestada con un 7-0 liderado por Mills. Desde entonces, Australia no soltó más el dominio y fue sellando a fuego lento su victoria.
Sin margen de error
España enfrentará a la Grecia de Giannis Antetokounmpo por la segunda jornada con la obligación de ganar para soñar con avanzar a los cuartos de final en condición de segundo o como uno de los mejores terceros. Será el próximo martes 30 de julio en Lille desde las 11.00 Hs.