El Barcelona de Hans Flick necesitaba una victoria como la de esta noche. Demostrar y demostrarse que este equipo está para grandes cosas. La prueba era perfecta, contra un rival que se ha convertido en una especie de ‘sombra negra’ para los culés. Pero hoy los azulgranas encendieron todas las luces. Un triunfo mayúsculo, con un Raphinha en modo estelar y un grupo que ha dado la talla.
Lo que el Barça no había podido hacer en los últimos cuatro encuentros ante el Munich lo logró en el primer minuto de este. Un extraordinario pase de Fermín para Raphinha a las espaldas de Kimmich para que el brasileño sentencie a Neuer con una gambeta larga. Barcelona golpeaba desde temprano y el 11 ya daba un aviso de lo que sería su noche.
El Bayern, que venía de perder en Champions con Aston Villa, fue en busca del empate y casi lo tiene con un cabezazo de Harry Kane, aunque un offside milimétrico se lo negó. De todas formas, el inglés tendría revancha apenas unos minutos más tarde. Con la defensa culé adelantada, Gnabry aprovechó los espacios, centró para el goleador y el ex-Tottenham, volea mediante, decretó el 1 a 1. Los alemanes parecían volver a ubicarse en partido. Solo parecían…
Barcelona retomó la iniciativa. Lamine se involucró más en el juego y por poco aprovecha un error de Neuer. Y a los 36′, el local pegó de nuevo. Fermín le ganó la posición a Kim (¿fue falta?) tras un pase largo de Yamal y con un toque eliminó a Upamecano y Neuer, muy precipitado en su salida. Lewandowski solo tuvo que empujar el balón a una portería vacía y así cumplir con la «ley del ex», una de las más sagradas del fútbol. Por respeto al club donde pasó gran parte de su carrera, no lo festejó.
Antes del descanso llegaría el tercero. Un extraordinario cambio de frente de Marc Casadó dejó mano a mano a Raphinha contra Guerreiro. El ex-Leeds recortó desde izquierda a derecha y apenas dentro del área sacó un derechazo suave pero preciso al segundo poste de Neuer. Un verdadero golazo que hizo delirar a Montjuic y puso patas para arriba a la visita, impotente ante el poder ofensivo culé.
Raphinha sella una noche inolvidable
En el fútbol nunca está todo dicho y menos ante un equipo de la categoría del Bayern. Barça tomó nota de ello y salto al campo en la segunda mitad con la misma concentración e intensidad que en la primera. Y antes del cuarto de hora, le puso el moño a su enorme victoria. Lamine, sin tomar carrera, le puso el balón en el pecho a un Raphinha que venía a la carrera. El brasileño volvió a demostrar que estaba «flecha para arriba», le ganó en velocidad a los dos centrales y con un zurdazo cruzado venció por tercera vez a Neuer.
Con el 4 a 1 abrochado, Flick decidió que era momento de bajar las revoluciones y apostar por la posesión. Con eso en mente, Frenkie De Jong reemplazó a Fermín, determinante en el juego. Bayern, ante el dilema de seguir yendo a buscar el partido con el riesgo de sufrir más tantos o plantar bandera blanca, optó por la primera. Kompany intentó un shock con el ingreso simultáneo de cuatro jugadores. Adentro Goretzka, Sané, Coman y Musiala, afuera Müller, Gnabry, Olise y Palhina. El equipo mejoró y fue por el descuento que lo devolviera al partido. No pudo ser.
Antes de ceder su lugar a Pau Víctor, Lewandowski casi se despide con un doblete tras un pase de Lamine, apenas largo. El triunfo ya no estaba en discusión. Barcelona se fue de Montjuic con la certeza de haber dado un enorme paso hacia adelante. El sábado en el Bernabéu tendrá la oportunidad de comprobarlo.