El partido entre Juve Stabia y Cesena por la jornada 18 de la Serie B italiana dejó una victoria para el equipo local y una enorme polémica. Se jugaban 21 minutos de la primera mitad cuando Romano Floriani Mussolini, bisnieto del dictador Benito Mussolini, anotó su primer gol como futbolista profesional. Pero lo que capturó la atención no fue el gol, sino la reacción de una parte de la hinchada, que celebró con cánticos y gestos vinculados al fascismo.
Cuando el ‘speaker’ del estadio anunció «gol de Romano…», la afición respondió con gritos de «Mussolini». En medio de la celebración, algunos asistentes realizaron el saludo romano, un gesto asociado al régimen fascista liderado por bisabuelo del jugador. Las imágenes de estos actos se difundieron rápidamente en redes sociales, despertando un fuerte rechazo y reavivando el debate sobre la presencia de simbolismos fascistas en el Calcio.
De 21 años, Romano Mussolini llegó a Juve Stabia cedido por la Lazio. En esta temporada ha logrado consolidarse como lateral derecho titular en el equipo y a pesar de haber solicitado en varias ocasiones que se le evalúe únicamente por su desempeño en el campo, su apellido sigue generando una inevitable controversia.
El legado del apellido Mussolini en el fútbol
El futbolista es el tercer hijo de Mauro Floriani y Alessandra Mussolini, exdiputada del Parlamento Europeo de Forza Italia, un partido político italiano de corriente centroderecha, y nieta del dictador Benito Mussolini. Lleva el apellido de su madre debido a una excepción legal acordada en su bautismo ya que la ley de su país no permitía los apellidos dobles en su momento. Su vínculo familiar con el dictador ha generado un escrutinio constante desde que comenzó su carrera profesional en la Lazio, un club históricamente asociado con corrientes neofascistas.
El jugador ha dejado claro que su prioridad es el fútbol, no la política. En una entrevista reciente, aseguró: «Estoy aquí para jugar, no para ser juzgado por mi apellido». Sin embargo, su historia familiar y las recurrentes muestras de apoyo al fascismo por parte de ciertos sectores de la hinchada parecen estar lejos de dejarlo en paz.