No arranca el Madrid. Amaga con hacerlo, pero no lo logra. Son ráfagas que acaban en nada. La conquista de la Supercopa de Europa en Varsovia frente a Atalanta parecía ser el piso a partir del cual el equipo crecería. Hasta ahora, ha demostrado ser el techo. Aquel encuentro fue el mejor de los cuatro que jugó el conjunto blanco en lo que va de la temporada, y eso que tampoco fue una maravilla…
Los de Ancelotti volvieron a dar un paso en falso, esta vez ante Las Palmas. El ingreso de Lucas Vázquez, Modric y Brahim, dejando afuera a Carvajal y Rodrygo de los habituales iniciales, no alcanzó para cambiarle la cara a un equipo que mostró las mismas falencias, en mayor o menor medida, que ante Mallorca y Valladolid. Desconexión, baja intensidad, poco volumen de juego y rendimientos individuales por debajo de lo esperado.
Del otro lado, un dueño de casa que salió a jugar su juego y que se encontró con un gol tempranero que le valió y mucho para poder desplegarlo. Tras una gran acción personal en la que dejó despatarrados a Tchouameni y Militao, Alberto Moleiro sentenció el 1 a 0 a los 5′ con un remate cruzado. La reacción del Madrid fue lenta y no llegó a incomodar a Cillessen, de gran actuación, a excepción de una falta lanzada por Valverde que obligó al portero neerlandés a estirarse. Poco de Mbappé y poco de Vini en una primera mitad para el olvido.
Sin mucho, llega la igualdad
Buscando alternativas, Ancelotti mandó al campo a Rodrygo y Fran García y sentó a Brahim y Mendy. El Madrid se adelantó en busca del empate, pero dejó espacios atrás que Las Palmas estuvo muy cerca de aprovechar. A los 20′, Carletto dispuso el ingreso de Arda en lugar de Modric, una sustitución que tendría mucho más impacto en el resultado que en el juego. Las ideas no aparecieron con el turco, pero sí el gol. Un remate suyo se desvió en la mano de Álex Suárez, el árbitro señaló el punto de penalti y Vini se encargó del resto.
Las Palmas volvió a intentar el triunfo y merodeó el arco de Courtois. Sobre el final, el Madrid apretó. Ninguno pudo romper el empate. El local casi lo hace, aunque el tanto de Viti fue anulado por fuera de juego en el comienzo de la jugada. El 1 a 1 ya no se movería, ni con el ingreso de Endrick, y Real Madrid confirmó lo que se sospechaba en las primeras dos jornadas: sigue dormido.