No era el candidato, pero las finales son partidos aparte y mucho más cuando se trata de un clásico. Con el impulso que brinda saberse inferior a su rival y con la rebeldía que se precisa para este tipo de encuentros, Manchester United pegó en los momentos justos y gritó campeón en el mítico Wembley.
Como era de esperarse, el City dominaba el balón y marcaba el ritmo del encuentro, pero lejos de Onana. El United cumplía a rajatabla su plan: esperar agrupado, negando pases entre líneas y esperando errores del rival para salir de contra. Y así fue como a los 30 minutos de la primera mitad, Alejandro Garnacho aprovechó un error compartido entre Gvardiol y el portero Ortega tras un largo pelotazo y sin resistencia le hizo un pase a la red.
Los de Erik ten Haag se sentían cómodos y al City le costaba ser profundo en sus ataques. Y a falta de 5 minutos para el descanso, una maravillosa jugada orquestada entre Rashford, Garnacho y Bruno Fernandes finalizó en el segundo tanto del United por intermedio del joven Kobbie Mainoo.
Guardiola buscó la reacción con los ingresos de Jeremy Doku y Julián Álvarez. El belga fue de el más desequilibrante de los celestes y el autor del descuento que recién llegaría a los 87′, beneficiado por una muy floja respuesta de Onana. Demasiado tarde para un City que ya no volvería a inquietar al camerunés en los minutos finales.
El United volvió a festejar en la FA Cup después de 8 años y llegó a las 13 conquistas en el certamen más antiguo del fútbol mundial (solo lo supera Arsenal con 14). Gracias al título sacó pasaje a la Europa League ya que al haber acabado en el 8vo puesto de la Premier no estaba clasificado para ningún torneo continental de la próxima temporada. Campeón ante el rival de la ciudad, venganza del año pasado y el premio extra de la clasificación, nada mal para una temporada que parecía perdida para los rojos.
El City y Guardiola cierran una temporada con un trago amargo después de conquistar su cuarta Premier League consecutiva. Un golpe inesperado para un equipo acostumbrado a los triunfos.
