«Que lo piense», le dijo Guardiola. Pues bien, Julián lo pensó. Y tiene una decisión tomada: quiere jugar en el Atlético de Madrid. Lo que comenzó siendo una negociación imposible está a punto de llegar a buen puerto. Para todas las partes. Aún no está confirmado, pero se encuentra muy cerca el fichaje del argentino desde Manchester City al conjunto colchonero por una suma cercana a los 80 millones de euros.
La historia de esta transferencia comenzó 40 días atrás cuando el Aleti consultó condiciones. Los cerca de 90 millones que pretendían los ingleses eran demasiado para las arcas rojiblancas, por lo que no avanzaron más allá. Sin embargo, fue Julián quien comenzó a cuestionarse su permanencia en Manchester. Con 24 años y siendo campeón del mundo, no se conformaba con calentar el banquillo detrás de un Haaland inamovible. Por más minutos que le dieran, él se sentía suplente.
Por otro lado, pesaba un tema familiar. Sus padres y hermanos piensan radicarse en Madrid ya que se les vence su permiso de residencia en Inglaterra. Una razón más importante para pensar en una salida. Y para elegir al Aleti por sobre Chelsea y PSG, otros dos interesados que ofrecían contratos más suculentos.
El fichaje que lo destrabó todo
Por más ganas que tuviera Gil Marín de fichar a la Araña y por más intenciones del jugador de llegar a Madrid, al Aleti le seguía faltando dinero para concretar su compra. Pero apareció una más que oportuna venta que lo solucionó todo: Chelsea se llevaba a Samuel Omorodion por 45 millones de euros. Lo que precisaba el club para, ahora sí, ir a fondo por el ex-River.
Las negociaciones avanzaron y todas las partes quedaron satisfechas. Julián, por lo arriba mencionado. El Aleti, porque se queda con un jugador de elite mundial. Y Manchester City, si bien en un principio no quería desprenderse del delantero, también. Se va un jugador disconforme con su presente, al que fichó en 20 millones y ahora vende en casi cuatro veces más. Todos felices.
