Los pilotos de la Fórmula 1 venían tramando algo. De un día para el otro, se creó una cuenta de Instagram de la GPDA (Asociación de Pilotos de Grandes Premios, por su sigla en inglés) y todos comenzaron a seguirla de inmediato. Tenían algo para decir y lo dijeron.
La gota que colmó el vaso fue la sanción impuesta a Charles Leclerc por decir «joder» en una rueda de prensa oficial de la FIA. Una multa de 5.000 euros por decir una palabra en un contexto jocoso, por la que además pidió perdón en el momento. A Max Verstappen ya le había sucedido algo similar semanas atrás. El neerlandés fue penalizado con algo similar a «servicios sociales» por el uso de lenguaje mal sonante. Castigos distintos por la misma acción, lo que demuestra la total discrecionalidad de la FIA en este aspecto.
«En lo que respecta a las palabrotas, hay una diferencia entre las que se usan para insultar a los demás y las más informales, como las que se usan para describir el mal tiempo o un objeto inanimado como un coche de Fórmula 1 o una situación de conducción», aseguran en el comunicado.
“La GPDA ha expresado, en innumerables ocasiones, su opinión de que las multas monetarias a los conductores no son apropiadas para nuestro deporte. Durante los últimos tres años, hemos pedido al presidente de la FIA que comparta los detalles y la estrategia sobre cómo se asignan las multas financieras de la FIA y dónde se gastan los fondos”, apuntaron en cuanto a los castigos económicos.
Todos contra Ben Sulayem
Lo cierto es que ningún piloto puede tragarse las palabras del presidente de la FIA previas al GP de Singapur. «Tenemos que diferenciar entre nuestro deporte -el automovilismo- y la música rap. No somos raperos. ¿Cuántas veces por minuto dicen la palabra con F (en referencia a joder y jodido). Nosotros no estamos en eso», había asegurado el mandamás.
Ben Sulayem ya había despertado el enojo de los pilotos cuanto en una controversia anterior impuso normas sobre el uso de la ropa interior correcta y prohibió a los conductores llevar joyas. Por estas razones, los pilotos le apuntaron directamente a él.
«Instamos al presidente de la FIA a que también tenga en cuenta su propio tono y lenguaje cuando hable con nuestros pilotos miembros, o incluso sobre ellos, ya sea en un foro público o de otro modo. Además, nuestros miembros son adultos y no necesitan recibir instrucciones a través de los medios de comunicación sobre cuestiones tan triviales como el uso de joyas y ropa interior», reza el comunicado.