34 puntos separaron al Inter de Miami, el mejor de la temporada regular, del Atlanta United, su verdugo en los octavos de final. Las Garzas habían levantado el título de la Supporters Shield como el equipo que más puntos acumuló a lo largo del año, mientras que los dirigidos por Rob Valentino se metieron por la ventana a los playoffs luego de quedar 9º en la Conferencia Este y vencer a CF Montreal en la repesca. Sin embargo, la enorme diferencia que parecía existir entre ambos voló por los aires en la noche del sábado y Atlanta, con su inesperado triunfo por 3 a 2 en Fort Lauderdale, dio el gran golpe de la MLS.
En el Chase Stadium se disputaba el partido definitorio de una serie al mejor de tres encuentros. Inter había ganado el primero en casa por 2 a 1, pero Atlanta estiró la definición luego de imponerse de forma agónica y por el mismo resultado en su estadio. Estaba todo dado para una fiesta rosa, aunque lo que se vio fue una de las más grandes sorpresas en la historia de esta liga.
Con Messi y Suárez en campo, el paraguayo Matías Rojas fue el encargado de abrir el marcador para el dueño de casa a los 17′ de la primera parte. Atlanta reaccionó rápidamente y cuatro minutos más tarde ya estaba arriba en el marcador gracias a dos goles de Jamal Thiare. Inter encontró una nueva igualdad promediando el segundo tiempo a través del 10, pero una vez más los errores defensivos del equipo de Martino acabaron por condenarlo. A los 76′, Bartosz Slisz anotó el tanto de una victoria que tuvo en el experimentado portero Brad Guzan, de 40 años, a su gran figura.
La decepción se adueñó del club propiedad de David Beckham, a quien todos esperaban en la final. A Atlanta lo espera el Orlando City en la próxima fase, el primer escollo que deberá superar en su camino hacia lo que podría ser el segundo título de su historia en la MLS tras el obtenido en 2018.