El Clásico de ACB cerró el año con un enfrentamiento emocionante entre el Real Madrid y el Barcelona. Los blancos se impusieron 73-71 en el WiZink Center, logrando su tercer triunfo de la temporada contra los azulgranas y su sexta victoria consecutiva en esta rivalidad. Un desenlace taquicárdico que dejó al Barça sin margen de error en su lucha por entrar en la Copa ACB.
El partido fue un vaivén de emociones. El Real Madrid dominó durante gran parte del encuentro, con una máxima ventaja de 10 puntos en el tercer cuarto. Facundo Campazzo (17 puntos y 6 asistencias) brilló como líder ofensivo, mientras que Walter Tavares (11 puntos, 7 rebotes y 3 tapones) impuso su presencia en la pintura. Por su parte, Mario Hezonja (15 puntos, 10 rebotes) completó una actuación sólida que fue crucial en los momentos clave.
A pesar de un inicio titubeante, el Barça se mantuvo en la pelea gracias a Jabari Parker (18 puntos, 8 rebotes) y Tomas Satoransky (13 puntos, 5 asistencias). Sin embargo, el equipo de Joan Peñarroya extrañó la habitual contundencia de Kevin Punter, neutralizado por una defensa madridista liderada por Rathan-Mayes y Abalde. Parker y Metu contaron con dos oportunidades para ganar el partido, pero fallaron en sus intentos de triple.
Campazzo decisivo, el Barça comprometido
El argentino fue determinante en el triunfo merengue, dictando el ritmo del juego y anotando puntos cruciales en el último tramo. Su talento para desconcertar a la defensa rival y asistir a sus compañeros marcaron la diferencia, especialmente tras la lesión de Gaby Deck, que dejó al equipo sin una de sus piezas clave.
Del lado culé, la derrota deja al equipo en una situación comprometida. Octavo en la clasificación, el Barça enfrentará las últimas jornadas antes de la Copa ACB con la obligación de mejorar su rendimiento. Los cierres de partido siguen siendo una cuenta pendiente para los dirigidos por Peñarroya.