La histórica rivalidad entre Sevilla y Betis alcanzó un nuevo nivel de tensión tras la decisión del Sevilla FC de romper relaciones institucionales con el club verdiblanco. En un comunicado emitido esta semana, el club de Nervión justificó la drástica medida, acusando al Betis de «buscar deliberadamente dañar y perjudicar deportivamente» al Sevilla. El conflicto tiene como origen la sanción impuesta a los futbolistas Carmona, Isaac y Juanlu, quienes no pudieron participar en el homenaje a Jesús Navas debido a un gesto polémico en el último derbi.
El incidente en cuestión ocurrió en octubre, cuando los canteranos sevillistas desplegaron una bandera que tachaba el escudo del Betis. Según el Sevilla, la denuncia del Betis ante el Comité de Antiviolencia fue clave para que se aplicaran las sanciones, lo que agravó el malestar en el club rojiblanco. A pesar de los intentos por revocar la sanción, el Sevilla finalmente optó por cortar lazos con su eterno rival, calificando la situación como un «punto de no retorno».
Un conflicto que trasciende lo deportivo
La respuesta del Betis no se hizo esperar. Durante la Junta General de Accionistas, su presidente, Ángel Haro, negó haber solicitado sanciones específicas contra los jugadores y defendió el proceder de su club al compartir las imágenes con las autoridades correspondientes. Haro también aprovechó la ocasión para cuestionar el doble estándar percibido en la rivalidad: «Cuando sucede algo en Nervión, es sevillanía; cuando ocurre en el Villamarín, parece un crimen de Estado».
Este quiebre institucional no es un hecho aislado, sino el último capítulo en una serie de incidentes que han marcado la relación entre ambas entidades. Desde el derbi en el que Joan Jordán fue golpeado por un palo lanzado desde la grada, hasta las denuncias mutuas por tifos y banderas en los estadios, la rivalidad ha escalado hasta un punto sin precedentes.
Con posturas firmes de ambos lados, la situación deja abierta una incógnita sobre cómo impactará esta ruptura en el futuro del fútbol andaluz. Por ahora, los comunicados y declaraciones reflejan un distanciamiento que parece difícil de superar, profundizando una grieta histórica que, lejos de cerrarse, sigue creciendo.
El comunicado completo del Sevilla
El Sevilla FC, a la luz de la denuncia del Real Betis Balompié que provocó que tres de sus jugadores, Isaac, Juanlu y Carmona, fueran suspendidos en el partido ante el Celta de la pasada jornada, quiere comunicar:
-Que entiende que el comportamiento de los dirigentes del Real Betis Balompié denunciando la celebración de los jugadores sevillistas y haciéndolo además ante los organismos federativos y no ante la Comisión Antiviolencia rompe un importante código y sienta un peligroso precedente, ya que busca castigos deportivos a través de hechos no deportivos.
-Que considera que los hechos denunciados por los dirigentes del Real Betis Balompié están en el contexto de una celebración de un partido de la máxima rivalidad, en campo propio, y sin objeto ofensivo ninguno, y no entiende que puedan ser interpretados como generadores de violencia. Sorprende que el club verdiblanco no entienda estos sucesos en el marco de la rivalidad y una sana deportividad sevillana. Y sorprende igualmente la decisión de los Comités Federativos sancionando deportivamente estos hechos, instaurando un peligroso precedente en todo el fútbol español.
-Que el Sevilla FC ha dado sobradas muestras de tener altura de miras en casos similares, como cuando jugadores o incluso directivos del Real Betis Balompié se mofaron públicamente de jugadores del Sevilla FC, entendiendo que ciertos excesos e incluso ofensas debían quedarse en el contexto de las celebraciones, por más que fueran muestras de falta de educación y decoro.
-Que el Sevilla FC considera que los dirigentes del Real Betis Balompié no han estado a la altura de las circunstancias, de la institución a la que representan ni de su afición, que ha sabido interpretar mucho mejor la situación que nos ocupa; institución y afición a las que el Sevilla FC muestra, como siempre, su total respeto.
-Que el Sevilla FC entendía pasados y olvidados este tipo de comportamientos y de reacciones de dirigentes del Real Betis Balompié, más propias de otras épocas que de la actual, momento en el que entre ambas entidades reinaba la cordialidad.
-Que el Sevilla FC ha podido constatar que entiende de forma muy diferente las relaciones entre ambos clubes, que debieran ser de cordialidad y respeto dentro del sano marco de nuestra rivalidad deportiva. Marco que el Real Betis Balompié ha decidido transgredir de forma decepcionante para buscar beneficios deportivos más allá de los terrenos de juego.
Es por ello, que nuestra entidad ha decidido cortar las relaciones con el Real Betis Balompié, pues no entendemos que tales relaciones puedan seguir vigentes cuando los dirigentes de la entidad verdiblanca han buscado deliberada y conscientemente el daño de nuestro club. Ese, y no otro, hacer daño y perjudicar deportivamente al Sevilla FC, era el objeto de denunciar comportamientos extradeportivos ante tribunales de competición. Consecuencias que bien conocían en la entidad verdiblanca.
El Sevilla FC, por último, quiere reiterar su decepción por la inapropiada actitud de los dirigentes del Real Betis, no ya para con otro club, sino sobre todo para con el Sevilla FC. Y también su decepción con las decisiones de los comités federativos, decisiones que, además, aunque a posteriori y fuera del plazo de la sanción, han sido suspendidas cautelarmente por la justicia ordinaria.
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