En la era actual, Disney ha demostrado ser un gigante que se mueve con pies de barro, especialmente cuando se trata de pronunciarse con lo ideológico y lo controvertido. Vamos a sumergirnos en un viaje por los últimos movimientos de la compañía, analizando cómo han decidido, tal vez con unos cuantos años de retraso, que llenar sus producciones de temas que más bien parecen sacados de un manual de justicia social en lugar de un guion de una película familiar, quizás no fue tan buena idea como pensaron en un primer momento.
Y es que hace tan solo unos días nos enteramos de la siguiente noticia a través de The Hollywood Reporter.
Disney ha decidido eliminar toda la trama de un personaje trans en la serie de Win or lose de Pixar. ¿Qué pasó con ese cambio? Pues que parece que los padres prefieren tener la libertad de educar a sus hijos sobre temas de género en sus términos y tiempo, no durante un episodio de Disney. Es casi como si Disney hubiera descubierto que, en efecto, no todos los padres están listos o quieren que sus hijos sean educados sobre estos temas a través de un programa infantil. ¿Sorprendente? Para algunos, quizás, pero para otros, es solo una confirmación de lo que ya sabían.
“Cuando se trata de contenido animado para un público más joven, reconocemos que muchos padres preferirían discutir ciertos temas con sus hijos en sus propios términos y en su propio tiempo”, dijo un portavoz de Disney para justificar esta acertada decisión en THR.
Disney: del Activismo al entretenimiento – El caso de Inside Out 2 y Lightyear
Empecemos con el caso de Inside Out 2. Disney, en modo pánico, decidió que Riley Anderson debería ser «lo menos gay posible». No es que Riley fuera a pasearse por San Francisco en el Gay Pride con un arcoíris en la mano, pero parece que a Disney le entró el miedo de que cualquier insinuación de diversidad sexual podría hacer que los espectadores corrieran a refugiarse en su búnker anti-ideología. ¿Y qué pasó? Pues que la película se convirtió en el mayor éxito de taquilla de la historia de la animación. ¡Vaya, quién lo diría! Parece que a las familias les gusta disfrutar de una película sin que se les meta un sermón de inclusión en cada producción.
Y es que, el caso de Lightyear en 2022 fue paradigmático. Su campaña de márketing fue bombardeada por una turba mediática de activistas queer que hizo parecer que el beso lésbico era lo más importante de la película, en lugar de, digamos, el argumento.Y es que, si inviertes más tiempo en activismo que en narrativa, el resultado es un fracaso monumental. Hasta el actor de voz de Buzz, Chris Evans, en un alarde de diplomacia, insultó a la audiencia, y bueno, eso siempre da resultados estelares, ¿no? Disney aprendió su lección: si quieres que tu película tenga éxito, quizás deberías centrarte en que sea entretenida, no en convertirla en un manifiesto político.
Disney evita la controversia: suspende la emisión de episodios de Moon Girl y Devil Dinosaur
A mediados de noviembre de este año, Disney decidió no emitir un episodio de Moon Girl and Devil Dinosaur por su contenido extremadamente proselitista en cuanto a ideología de género. ¿Por qué? Porque en el mundo real, el debate sobre si las mujeres trans pueden competir en deportes femeninos es un tema altamente polémico y no todo el mundo está de acuerdo. Disney, decidió que no era el momento de meterse en este charco. La decisión de no emitir el episodio fue un movimiento inteligente, evitando así convertir a Disney en un campo de batalla cultural.
Chanel Stewart y Disney: el debate sobre la representación en programas infantiles
Chanel Stewart, la actriz adolescente transgénero expresó su decepción por el cambio de su personaje en Win or Lose en Deadline.
“Puede que haya algunos padres que no estén preparados para tener esa conversación, pero este es el mundo en el que vivimos y todos deberían estar representados. Todos merecen ser reconocidos. Y sentí que era solo otro revés para la comunidad LGBTQ, porque es muy difícil para los adolescentes transgénero… las personas transgénero, punto. Especialmente cuando eres joven y estás tratando de descubrir cómo navegar en este mundo en el que vives y ser capaz de crecer y convertirte en tu propia persona”. Expresó la madre de la actriz en el medio.
Disney, al parecer, decidió que quizás no era el momento de convertir a sus programas infantiles en plataformas de discusión sobre identidad de género. Es casi como si Disney se hubiera dado cuenta de que hay un tiempo y un lugar para todo, y que quizás, just maybe, un programa infantil no es el lugar adecuado para discutir estos temas. ¿Es esto un revés para la comunidad LGBTQ, como dice la madre de la actriz de Win or Lose en el artículo de Deadline? Bueno, depende de cómo lo mires. Desde la perspectiva de un padre que quiere que su hijo disfrute de una película sin tener que explicar qué es ser trans a según qué edades, pues es un alivio.
Disney: el retorno al entretenimiento puro
En fin, parece que Disney ha tenido su momento de «Epifanía de lo Obvio». Después de años de tratar de ser el paladín de la justicia social a través de sus películas, ¿quién iba a decir que quizás, solo quizás, el público prefería ver una historia sin tener que desempolvar su diccionario de jerga progresista? Disney ha decidido, en un giro que habría hecho llorar de risa a Walt, que tal vez el entretenimiento no necesita ser una plataforma para impartir lecciones de género o para hacer de cada personaje un activista en potencia.
La moraleja de esta historia es que quizás, el mundo no necesita que Disney se convierta en un profesor de estudios de género para niños. A veces, una buena historia, personajes bien desarrollados y un toque de humor son todo lo que hace falta para llenar los cines. Disney, después de varios millones de dólares y un par de fracasos taquilleros, ha aprendido la lección: el entretenimiento es para entretener, no para educar, y definitivamente no para adoctrinar.
Así que, con un guiño y una sonrisa, Disney regresa, o mejor dicho, intenta regresar, a sus raíces. ¿Quién sabe? Quizás en el futuro nos llevemos sorpresas como un Goofy que realmente solo quiere hacer deporte, sin que le importe demasiado su ropa interior, o una Blancanieves que se enamora de un príncipe sin que haya una conferencia sobre la igualdad de género en el medio. En el mundo de Disney, ahora, parece que las hadas madrinas vuelven a ser las que hacen magia, y no los guionistas con sus cursos de DEI.
Disney, bienvenido de vuelta al mundo del entretenimiento puro. Ojalá que la próxima vez que vean a Mickey, quizás solo quiera volver a mover la cabeza al ritmo de una música, y no lanzar un mensaje oculto sobre la diversidad de las especies. ¡Qué concepto tan refrescante!