El problema del cine dirigido por mujeres
Bienvenidos al circo de Hollywood, donde el feminismo ha demostrado que aplicado a la gran pantalla no es más que humo. Según un estudio reciente publicado y analizado por Variety, solo el 16% de las 250 películas más taquilleras de 2024 fueron dirigidas por mujeres. Sí, en el top 100, la cifra se desploma al 11%. ¿Qué pasó con todo el alboroto de «igualdad» y «empoderamiento»? Parece que el feminismo solo sirve para llenar salas de conferencias y no salas de cine.
Hablamos de películas como «Babygirl», «Sangre en los labios», y otras que se creen tan audaces como un chupacabras en la noche, pero que en realidad solo son un bostezo cinematográfico. Estas directoras, que se creen las nuevas Frida Kahlo del cine, son la excepción, no la regla. No porque Hollywood sea un club de hombres, sino porque sus historias son tan interesantes como una telenovela repetida. Y es que a no todo el mundo le interesan los sermones sobre lo empoderante que es ponerle los cuernos a tu marido o sobre dramas lésbicos con violencia explícita.
Martha Lauzen, la autora del estudio del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego, sigue lloriqueando sobre la falta de progreso como si fuera una madre preocupada porque su hijo no ha vuelto a casa a cenar.
Según muestra el artículo de Variety, este estudio:
Las mujeres representaron solo el 16% de los directores que trabajaron en los 250 estrenos nacionales más taquilleros. Eso fue incluso con el porcentaje de películas dirigidas por mujeres en 2023. Y la situación no mejoró a medida que se asciende en la tabla de taquilla: las mujeres dirigieron solo el 11% de las 100 películas más populares, tres puntos porcentuales menos que en 2023.
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Martha Lauzen, autora del estudio y directora del Centro, destacó los logros de cineastas como Coralie Fargeat («The Substance») y Halina Reijn («Babygirl») al tiempo que lamentó el estado de una industria que no ha avanzado mucho en lo que respecta a elevar a las cineastas.
“Los impresionantes éxitos que han disfrutado mujeres de alto perfil en los últimos años, entre ellas Greta Gerwig, Jane Campion y Chloé Zhao, no se han traducido en oportunidades para un mayor número de mujeres. La visibilidad para unas pocas no ha generado empleo para muchas”, afirmó Lauzen en un comunicado.
Pero, ¿qué esperan cuando el cine se ha convertido en un desfile de agendas políticas y no en un festival de historias que valgan la pena contar? Las películas feministas han encontrado su hogar en los estudios independientes, donde se encuentran con audiencias tan pequeñas que podrías contarlas con los dedos de una mano.
Y es que el problema de las películas dirigidas por mujeres es que no cuentan historias universales con las que un gran público pueda empatizar, sino dramas femeninos que ni siquiera apelan a la mayoría de las mujeres, sino a las más ideologizadas.
Hablando de Barbie, sí, esa película que se vendió como un triunfo feminista, ¿Qué nos dejó? Un éxito momentáneo, pero no un cambio real. Barbie fue la excepción que confirma la regla: que el feminismo en el cine no se traduce en un éxito sostenido. La película fue un anzuelo para vender ideología, que logró colocarse en el top 1 de taquilla por una exquisita campaña de márketing basado en (¿Quién lo iba a decir?) reivindicar el rosa como un símbolo feminista, y ahora, ¿Dónde están las oportunidades para las demás directoras? Su lugar sigue siendo marginal en Hollywood.
Por ejemplo, hablando de «La Sustancia», esa película que se supone que rompe con el género, y que refleja los terribles efectos psicológicos de los estándares de belleza inalcanzables (un cliché recurrente en el relato feminista) si logró ser calificada por la prensa como éxito de taquilla, pues con un presupuesto de 17 millones, logró recaudar 77. Pero es que eso no es más que la confirmación de que el cine feminista subsiste relegado a rarezas y tiene un alcance limitado.
El feminismo en Hollywood: una historia de oportunidades perdidas
Incluso cuando las feministas se sirven de un fandom establecido, con una tradición y apoyo a una franquicia por décadas, los resultados son los peores para esas marcas. Ya lo vimos el año pasado con The Marvels y hace dos años con She-Hulk, pero esta tendencia también continuó durante 2024 con The Acolyte y con Los Anillos de Poder.
Los hombres siguen dominando la industria porque, al parecer, son los únicos que recuerdan que el cine debe entretener, no educar. Es la ley de la oferta y la demanda, y el feminismo ha mostrado ser una demanda tan artificial como esos filtros de Instagram que todos usan para parecer más guapos de lo que son.
She Hulk, uno de los mayores fracasos de Marvel
Y respecto a la discriminación positiva, o como algunos la llaman, la «acción afirmativa», Hollywood ha intentado ser inclusivo, pero lo ha hecho de una manera tan torpe como un elefante en una tienda de porcelana.
La discriminación positiva en Hollywood, o ser «inclusivos», se supone que ayuda a las minorías, pero en realidad parece más un checklist que el estudio tiene que tachar para sentirse bien consigo mismo y que no les cancelen en twitter.
Esta idea nació porque, al parecer, Hollywood recién se dio cuenta de que no todos en el mundo son hombres blancos de 40 años. Pero en vez de buscar talento genuino, se han enfocado en cumplimentar cuotas.
Medidas Implementadas:
- Cuotas y Requisitos de Inclusión: La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ahora exige que las películas cumplan con ciertos estándares de «diversidad» para ser nominadas al Oscar. Porque, claro, un buen guion no es suficiente si no tienes suficientes casillas marcadas.
- Contratación y Promoción: Algunos estudios han comenzado a contratar basándose en la identidad más que en el talento, porque obviamente, lo que necesitamos en el cine son más políticas y menos arte.
Críticas y Debate:
- Pro: Los defensores dicen que es necesario para equilibrar las cosas. Pero, ¿a qué costo? ¿Sacrificar la calidad por la cantidad?
- Contra: Los críticos argumentan que esto está creando un cine mediocre, donde la identidad supera al mérito.
Hollywood no es quién para dar lecciones de moral
La presión por ser inclusivos ha llevado a un cine y series tan predecibles y forzados que a veces parece que estamos viendo la misma historia una y otra vez, solo con diferentes actores.
El feminismo y la discriminación positiva no han hecho más que convertir a Hollywood en un chiste, un lugar donde el arte se ha perdido en la lucha por ser políticamente correcto. Es hora de que Hollywood despierte de su sueño progresista y recuerde que el cine debería servir para entretener e inspirar, no para predicar.
Hollywood se ha convertido en un circo donde el feminismo y la discriminación positiva son los payasos principales. Han intentado ser inclusivos, pero solo han logrado ser ridículamente predecibles y aburridos. La taquilla habla por sí misma: el público está cansado de sermones y ansía historias de verdad, no cuentos morales disfrazados de cine. El feminismo en Hollywood no ha sido más que un fracaso espectacular, una burla al arte de contar historias. Es hora de que Hollywood deje atrás estas agendas forzadas y se concentre en lo que mejor sabe hacer: entretener. Hasta entonces, seguiremos aquí, riéndonos de sus intentos fallidos y recordándoles que el verdadero cambio viene del talento, no de la política. ¡Que viva el cine libre de feminismo!