Nacho Aragón y Bea Gimeno culminaron su enlace con una emotiva ceremonia al aire libre y una gran fiesta, tras tres días de celebraciones que dejaron momentos imborrables. La pareja, como era de esperar, se convirtió en el centro de atención, aunque los invitados también aportaron su toque especial, destacando la presencia del padre del novio, Emilio Aragón.
Una celebración secreta y alejada del foco mediático
Aunque se esperaba que el evento principal tuviera lugar en la finca Son Verí, Nacho y Bea sorprendieron al celebrar su boda en un enclave diferente, manteniéndose alejados de los medios. Los detalles de la celebración se conocieron a través de las redes sociales, gracias a los numerosos influencers que acompañaron a la pareja, como María Pombo y Pablo Castellano, entre otros.
La ceremonia tuvo lugar el sábado por la tarde. Nacho, con un elegante traje beige sin corbata, llegó acompañado de su madre, Aruca Fernández-Vega, para esperar a su novia. Bea, fiel a su estilo boho, lució un vestido lencero y un ramo de gerberas y eucalipto, mientras caminaba hacia el altar del brazo de su padre.
Emotivos discursos y lágrimas en el atar
Uno de los momentos más conmovedores fue el abrazo entre los recién casados, quienes, sentados y tomados de la mano, escucharon atentamente los discursos de sus seres queridos. Las hermanas de ambos, Ichi y Leticia, compartieron palabras que emocionaron no solo a la pareja, sino también a los invitados, quienes capturaron el momento con sus móviles.
Tras la ceremonia, los novios y sus invitados se dirigieron al banquete, donde se dispusieron mesas largas decoradas con velas y centros de estilo playero. Como en la fiesta preboda, la música caribeña marcó la entrada de los recién casados, con los invitados coreando «¡Qué viva Bea, qué viva Nacho!».
La cena incluyó mariscos y patatas, y el primer baile de la pareja estuvo acompañado de la romántica canción «Ain’t No Mountain High Enough». Nacho bailó con su madre, mientras Bea lo hacía con su padre. Poco a poco, los hermanos y el resto de los invitados se unieron a la pista.
La actuación de Emilio Aragón y el cierre de una fiesta legendaria
El momento cumbre de la celebración llegó cuando Emilio Aragón tomó el escenario para ofrecer una actuación memorable. Con un homenaje a su padre, Miliki, y a Los Payasos de la Tele, entonó una versión personalizada para la boda de su hijo y Bea. La actuación, que incluyó la icónica canción Susanita, fue seguida por los invitados, quienes se emocionaron y rieron al ritmo de la música circense.
La fiesta, que se extendió hasta altas horas de la madrugada, puso fin a tres días de celebración. La pareja había sorprendido a todos al casarse en una ceremonia íntima el jueves 5 de septiembre, reservada solo para su familia directa. La fiesta preboda, celebrada el viernes en un restaurante junto al mar, dio paso al gran evento del sábado, dejando un recuerdo imborrable tanto para los novios como para sus invitados.