Un grupo de exmonjas clarisas de Belorado (Burgos) ha relatado que, durante su estancia en el monasterio de Derio en 2017, experimentaron sucesos que asociaron con una supuesta presencia maligna. Según sus declaraciones recogidas en un reciente artículo de The New York Times, las religiosas comenzaron a sufrir problemas de salud y conflictos internos que atribuyen a fenómenos inexplicables. Entre estos eventos mencionan ruidos perturbadores, risas desgarradoras y objetos que parecían moverse sin explicación lógica.
«Cuando te enfrentas al diablo, sabes con quién estás tratando«, afirmó Paloma, una de las exmonjas, en declaraciones al medio estadounidense.
Investigación del Arzobispado y conclusión oficial
Ante las denuncias de las monjas, el Arzobispado de Bilbao, entonces liderado por Mario Iceta, inició una investigación que incluyó procedimientos conforme al ritual de exorcismos. Según las fuentes del Arzobispado consultadas por EFE, el informe resultante concluyó que no se podía confirmar la existencia de los fenómenos descritos.
Además, desde el Arzobispado insisten en que las religiosas decidieron abandonar el monasterio por voluntad propia y no fueron expulsadas de Derio.
Demanda de desahucio en Burgos
Este episodio de presuntos eventos paranormales resurge en un contexto legal que ahora enfrenta a las exmonjas con la Iglesia. El próximo jueves, 19 de diciembre, tienen prevista una primera cita judicial por una demanda de desahucio presentada por el Arzobispado de Burgos.
El artículo del The New York Times, publicadoe esta semana , pone el foco en la situación actual de estas exreligiosas, quienes aseguran haber vivido una experiencia única y traumática en Derio, que marcó un antes y un después en sus vidas.
¿Por qué son conocidas estas religiosas?
En 2015, debido a la falta de vocaciones y al envejecimiento de la comunidad, las religiosas se trasladaron al monasterio de Santa Clara en Derio, cerca de Bilbao, con el objetivo de revitalizar su labor espiritual y adaptarse a un nuevo entorno. Sin embargo, este cambio resultó en tensiones internas, problemas de convivencia y lo que ellas describen como experiencias paranormales, que incluyen ruidos inquietantes y la percepción de una presencia maligna en el convento.
Con el tiempo, las dificultades llevaron a su secularización, es decir, abandonaron la vida religiosa y dejaron de formar parte oficialmente de la Iglesia como monjas. Actualmente, estas exmonjas enfrentan una batalla legal con el Arzobispado de Burgos, que las ha demandado por desahucio del monasterio de Belorado, donde residen tras su salida de Derio.