Con un presupuesto de 10 millones de dólares y más de 80 millones recaudados en taquilla, «Longlegs» ha multiplicado sus beneficios por ocho, consolidándose como una de las sensaciones del año. Con críticas fabulosas y un boca a boca positivo, muchos la consideran la mejor película de terror de 2024. Aunque no es mi favorita personal, reconozco que es una de las mejores del género este año. Es una obra única y especial.
El antagonista de la película, interpretado por el icónico Nicolas Cage, ofrece una actuación que no dejará indiferente a nadie. Cage encarna a un asesino con una caracterización tan impactante que dejará boquiabiertos hasta a los espectadores menos miedosos.
Dirigida por Oz Perkins, quien previamente nos trajo «Gretel & Hansel: Un oscuro cuento de hadas», «Longlegs» destaca como su mejor obra hasta la fecha. Perkins, conocido por su habilidad para crear atmósferas oscuras, ha logrado un éxito rotundo con esta película.
La trama es sencilla pero efectiva: una agente del FBI llamada Lee Harker, interpretada por Maika Monroe, tiene el don de las premoniciones, lo que la lleva a un caso sin resolver que ha aterrorizado a familias durante décadas. A medida que avanza en la investigación, descubre un vínculo personal con el asesino, quien intentará evitar que ella lo detenga.
Uno de los mayores aciertos de «Longlegs» es su clara inspiración en clásicos como «Se7en» y «Zodiac» de David Fincher, así como en «El silencio de los corderos». Aunque estas comparaciones son inevitables, la película consigue contar su propia historia de manera única, combinando elementos de policiaco, sobrenatural, demoníaco y asesinos en serie, creando un producto especial y arriesgado.
¿Entonces es tan buena como dicen?
Sin duda, «Longlegs» es una muy buena película, pero tiene algunos aspectos que no terminan de convencerme. Su principal problema radica en el acto final, que, aunque no es malo, se siente lejos del nivel del resto de la obra. Es demasiado precipitado, tópico y anticlimático. La película mantiene un ritmo lento con una dirección increíble y un uso majestuoso de los planos. La protagonista, interpretada por Maika Monroe, está genial. Su personaje, frío y traumatizado, reacciona ante escenas gráficas muy violentas, y su enfrentamiento con el asesino es estremecedor. Solo por esa escena, vale la pena la entrada al cine.
Sin embargo, este ritmo se estropea en una parte final que se siente demasiado rápida y sobrecargada de información, sin un impacto significativo a nivel de guión. Nicolas Cage, con su toque personal, pone la piel de gallina como el asesino, pero su personaje podría haberse aprovechado mejor, especialmente en la relación protagonista/antagonista, que sí tuvo «El silencio de los corderos». En este aspecto, la película podría haber tenido mejores diálogos y un vínculo narrativo más profundo entre el dúo protagonista.
La banda sonora es acertada, acompañando las escenas y sumergiendo al espectador en un mundo tenebroso. La obra tiene una profundidad narrativa que toca temas como rituales satánicos, aunque la incursión en lo sobrenatural puede parecer un poco forzada y tramposa a lo largo de la película. Sin embargo, logra ser diferente, dejando una sensación de que no has visto la típica película thriller de investigación, sino un cóctel explosivo de conceptos oscuros, con aciertos y desaciertos, pero terminando con un impacto más dulce que agrio y una sensación estremecedora en el espectador.
En mi opinión, «Longlegs» es una obra de notable alto, que recomiendo encarecidamente ver cuanto antes. Este tipo de obras son raras de encontrar, con un sello autoral en una sólida dirección que, sin innovar, rebosa calidad. Solo por ver a Nicolas Cage interpretando a un monstruo humano abominable, merece la pena cada euro de la entrada. «Longlegs» es una experiencia que, aunque podría haberse aprovechado mejor, definitivamente vale la pena ver.