Alemania ha experimentado un cambio significativo en su política de asilo, pasando del optimista lema «podemos hacerlo» de la excanciller Angela Merkel al más cauteloso «ya no podemos hacerlo y hay que hacer cambios» del actual canciller Olaf Scholz. Este cambio se ha materializado mediante la supresión de las ayudas en efectivo a los solicitantes de asilo, con el fin de evitar posibles fraudes, y la implementación de medidas que dificultan la movilidad de estos solicitantes dentro del país. Aunque Alemania sigue mostrándose como un país abierto y generoso hacia el exterior, puertas adentro se observa un fortalecimiento de las restricciones.
Medidas radicales fuera de agenda
Estas decisiones no estaban en la agenda de los partidos que forman el gobierno de coalición, conformado por socialdemócratas, liberales y verdes, cuando firmaron el pacto de coalición. Sin embargo, la presión de los estados federados y el avance de la ultraderecha han obligado a tomar medidas más radicales. Esta situación ha llevado a un cambio inesperado en la estrategia política, que ahora busca neutralizar el discurso populista de partidos como Alternativa para Alemania (AfD), que ha ganado terreno en las últimas elecciones regionales.
Un coste de asilo millonario
El debate sobre la política de asilo en Alemania se entrelaza con la cuestión de la migración irregular, especialmente en un contexto en el que el país alberga a 3,8 millones de refugiados a la espera de la tramitación de sus expedientes o en situación de «tolerancia», con un coste anual cercano a los 50.000 millones de euros. Ante el potencial de división social que esto conlleva, los partidos tradicionales han tenido que hacer frente a las demandas que hasta ahora eran monopolizadas por la AfD.
Limitación de movilidad de los inmigrantes
La introducción de una tarjeta de débito para los solicitantes de asilo ya está en funcionamiento en algunos estados federados y se armonizará a nivel federal este verano. Esta tarjeta no recorta las prestaciones, pero sí reduce el “efecto llamada” y elimina posibles irregularidades en el uso de ayudas económicas. Además, se limita la movilidad de los solicitantes de asilo al asociar la validez de la tarjeta a determinados distritos postales, con el fin de evitar casos como el del autor del atentado en el mercadillo navideño de Berlín.
Contención de la ultraderecha
El cambio de rumbo en la política migratoria, impulsado por los estados federados que asumen la mitad de los costos y sus municipios sobrecargados, ha sido objeto de intensas negociaciones. A pesar de la resistencia inicial de algunos partidos, como Los Verdes, que se alinean más con un enfoque humanitario, el consenso se ha logrado con el objetivo de contener el avance de la ultraderecha.