La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha designado a Arabia Saudí, por “aclamación”, como el país que presidirá la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de este organismo para el próximo periodo de sesiones de 2025. Desde la página oficial de la ONU, esta comisión es considerada como «el principal órgano intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y la capacitación de la mujer«.
La Comisión ha nombrado por unanimidad a este estado conservador y ha elegido como presidente del periodo de sesiones de 2025 al embajador saudí ante la ONU, Abdulaziz Alwasil. Pero porque tampoco había más. No había candidatos rivales ni disensiones en la reunión anual de la CSW que se celebró en Nueva York. Alwasil recibió el respaldo del grupo de Estados de Asia-Pacífico que integran la Comisión.
Un sistema represivo para las mujeres en Arabia Saudí
Se ha discutido mucho sobre la ironía de que una monarquía como Arabia Saudí, donde se violan constantemente los derechos y libertades de las mujeres, sea el país que preside un foro por la igualdad de género. Porque, por ejemplo, las mujeres en este territorio tenían prohibido conducir hasta 2018, y durante mucho tiempo estuvieron sometidas a un omnipresente sistema de control denominado tutela. Esta tutela les exigía obtener el permiso de un familiar varón para viajar al extranjero, casarse y tomar otras decisiones importantes.
Hasta el 2015, las mujeres no tenían derecho a votar y, hasta 2018, tampoco podían crear una empresa sin el permiso de su “guardián”. Actualmente, se permite a las mujeres saudíes mayores de 21 años solicitar su pasaporte y viajar al extranjero sin la autorización de su “tutor” varón. La mayoría de universidades, bancos y edificios públicos aún tienen entradas diferenciadas para mujeres y hombres.
Respecto a la vestimenta, la mayoría de las mujeres tienen que vestir en público una ‘abaya’. Esta indumentaria consiste en una túnica larga negra hasta los tobillos y un velo para cubrir la cabeza y el pelo que deja al descubierto solo parte del rostro. Todo por la obligación de no exhibir ninguna parte de su cuerpo y no mostrar su identidad.
Las mujeres en Arabia Saudí no pueden elegir pareja ni casarse sin el permiso de su padre o “tutor”, persona que debe aprobar la relación. Además, todavía se producen matrimonios concertados en los que la mujer es forzada a casarse. En esta línea, la mujer tampoco puede divorciarse sin el consentimiento de su marido, pero el hombre sí puede divorciarse sin el consentimiento de su mujer.
“Arabia Saudí no puede demostrar su compromiso con los derechos de la mujer simplemente asegurándose un papel de liderazgo en la Comisión”, señaló Sherine Tadros, directora de la oficina de Amnistía Internacional en Nueva York. “Debe demostrar su compromiso con medidas concretas en su país, como la abolición del sistema de tutela masculina y la derogación de las disposiciones de su legislación que discriminan a las mujeres”, afirmó Tadros.