En una operación sin precedentes, Ucrania lanzó un ataque coordinado con drones contra cinco bases aéreas rusas el 1 de junio de 2025. El presidente Volodymyr Zelensky supervisó personalmente la planificación de la “Operación Telaraña”, que se desarrolló durante 18 meses. El ataque resultó en la destrucción de 41 aviones militares rusos, incluidos bombarderos estratégicos Tu-95, Tu-22M y aviones de alerta temprana A-50, con un valor estimado de 1.500 millones de libras. Zelensky calificó la operación como un hito histórico, mientras que el bloguero militar ruso Roman Alekhin la describió como el “Pearl Harbor de Rusia”.
Las fuerzas especiales ucranianas introdujeron clandestinamente 117 drones kamikaze FPV en territorio ruso, ocultándolos en cabañas móviles de madera transportadas por camioneros locales que desconocían su contenido. Estos drones fueron activados de forma remota para atacar bombarderos estratégicos en bases aéreas rusas, incluida la base de Belaya, en Siberia, marcando el primer ataque ucraniano en esa región.
La operación logró dañar uno de los diez aviones A-50 restantes del ejército ruso, un golpe significativo a la capacidad de mando aéreo del presidente Vladimir Putin. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reveló que la célula rusa desde la que se coordinó la respuesta estaba ubicada junto a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y que se alcanzó con éxito el 34 % de los portadores de misiles de crucero estratégicos en esa base.
Expertos han comparado la operación con una histórica incursión del Regimiento del Servicio Aéreo Especial (SAS) británico en 1942, que si bien no cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial, elevó la moral del Reino Unido e interrumpió la logística del Eje.
Mikey Kay, ex piloto de la RAF, declaró a la BBC que los rusos “no esperaban un golpe de tal magnitud”, mientras que Philip O’Brien, profesor de estudios estratégicos en la Universidad de St. Andrews, la describió como “la operación más exitosa y de mayor perfil de la guerra, infligiendo un daño incalculable a la aviación estratégica rusa.”
Horas antes del ataque, se registraron explosiones en puentes y vías férreas cercanos a la frontera con Ucrania. Rusia las calificó de actos terroristas, con un saldo de siete muertos y decenas de heridos. La segunda ronda de conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, programada para el 2 de junio en Estambul, quedó en entredicho tras los ataques, y no está claro si se celebrará como estaba previsto.
El canal estadounidense NewsNation informó que el presidente de EE. UU., Donald Trump, no fue informado con antelación del ataque. Un funcionario de su administración confirmó que el presidente no había recibido notificación previa sobre la ofensiva.
Por su parte, Associated Press citó a un funcionario de seguridad ucraniano que aseguró que el ataque, planificado durante más de un año y medio bajo supervisión directa de Zelensky, destruyó más de 40 aeronaves rusas. Zelensky escribió en X: “Estamos haciendo todo lo posible para proteger nuestra independencia, nuestro país y nuestro pueblo. He formulado un esquema para la tarea inmediata.”
Trump, que en el pasado ha elogiado a Putin, recientemente expresó su decepción por la conducta del líder ruso. En su plataforma Truth Social afirmó: “He estado en una relación con Vladimir de Rusia. Putin tenía buenas relaciones, pero algo le sucedió. ¡Está completamente loco!”