El aumento de las olas de calor en Europa es un fenómeno alarmante que no deja territorio europeo indemne, y sus efectos en la salud de las personas son cada vez más evidentes. Según un nuevo informe de la agencia Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en los últimos 20 años, la mortalidad relacionada con el calor ha aumentado un 30% en el continente. Sin embargo, a pesar de tratarse de un problema a largo plazo, los sistemas de salud aún no están adecuadamente preparados para hacer frente a esta creciente amenaza.
España como uno de los países con mayor temperatura
El informe, titulado «Estado del Clima en Europa de 2023», destaca una tendencia preocupante: el incremento en el número de días con «estrés térmico fuerte», es decir, temperaturas que representan un peligro tanto para el medio ambiente como para la salud humana. España figura entre los países más expuestos a este fenómeno. El año pasado se registró un número récord de días con «estrés térmico extremo».
Un impacto económico
En concreto, entre junio y agosto de 2022, el exceso de mortalidad atribuible al calor fue de 4,800 personas. Esta cifra ilustra la gravedad del problema, que no solo afecta a la salud de las personas, sino que también tiene un impacto significativo en la economía. En Europa, las olas de calor son responsables de la mayoría de las muertes relacionadas con fenómenos meteorológicos extremos.
Las temperaturas agravan otras enfermedades
El informe revela que hasta el 2000, 23 de las 30 olas de calor más graves en Europa ocurrieron después de esa fecha, con cinco de ellas ocurriendo en los últimos tres años. Se estima que entre 55,000 y 72,000 personas murieron durante los veranos de 2003, 2010 y 2022 debido a las olas de calor. Aunque las altas temperaturas no son la causa directa de todas estas muertes, la exposición prolongada al calor puede agravar condiciones de salud preexistentes y aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor, especialmente entre las poblaciones más vulnerables.
Las ciudades como fuentes de calor
Un factor adicional que agrava la situación es el fenómeno conocido como «isla de calor urbana», que hace que las ciudades se calienten más rápido que las áreas rurales. Esto significa que las poblaciones urbanas están más expuestas al calor extremo y, por lo tanto, son más vulnerables a sus efectos.
Un futuro muy caliente
Los autores del informe advierten que, debido al cambio climático y al envejecimiento de la población, es probable que los impactos de las olas de calor se intensifiquen en el futuro. A pesar de los esfuerzos realizados por algunos países europeos para implementar sistemas de alerta temprana y medidas de prevención, las intervenciones actuales pronto podrían resultar insuficientes para hacer frente a la carga esperada para la salud relacionada con el calor.