Imagen: ilustración de la silla eléctrica I CNN
El uso de la pena de muerte volvió a crecer en el mundo durante 2024, según el informe anual de Amnistía Internacional. La organización registró al menos 1.518 ejecuciones, lo que supone un incremento del 32% respecto al año anterior y la cifra más alta desde 2015, cuando se documentaron 1.634 casos. Este repunte refleja una tendencia alarmante, marcada por un uso intensificado del castigo capital en varios países.
Datos incompletos por opacidad estatal
A pesar del aumento, las cifras oficiales solo ofrecen una visión parcial. Estados como China, Corea del Norte y Vietnam siguen sin proporcionar datos verificables. Aunque se presume que Pekín ejecuta a miles de personas cada año, la falta de transparencia impide conocer la magnitud real. Amnistía tampoco pudo confirmar cifras mínimas en Siria, el Estado de Palestina o Corea del Norte, aunque todo apunta a que allí se siguen aplicando ejecuciones y dictando condenas de muerte.
Por ello, la organización advierte de que el número total global constituye únicamente una estimación mínima, insuficiente para reflejar el alcance real de la pena capital en el planeta.
Oriente Medio lidera el repunte
El grueso del aumento mundial se explica por el fuerte repunte en tres países de Oriente Medio: Irán, Arabia Saudí e Irak. En Irán, se documentaron al menos 972 ejecuciones, un 14% más que en 2023, y la cifra más alta desde 2015. Más de la mitad de esos casos (505) estuvieron relacionados con delitos de drogas, una política que el régimen iraní ha endurecido desde 2021.
En Irak, las autoridades llevaron a cabo al menos 63 ejecuciones, cuadruplicando la cifra del año anterior, todas ellas vinculadas a condenas por terrorismo. Arabia Saudí, por su parte, duplicó su número de ejecuciones, alcanzando las 345, el dato más alto jamás registrado por Amnistía en ese país.
Entre los tres, concentraron el 91% de todas las ejecuciones conocidas en el mundo en 2024. Irán, en solitario, fue responsable del 64% del total.
Otros países con aumentos notables
Fuera de Oriente Medio, también se detectaron repuntes relevantes. Egipto pasó de ocho ejecuciones en 2023 a 13 en 2024, un aumento de dos tercios. En Yemen, las cifras se más que duplicaron: de 15 a 38. Singapur también duplicó casi su uso de la pena de muerte, con nueve casos frente a los cinco del año anterior.
Estados Unidos mantuvo su tendencia al alza con 25 ejecuciones, igualando su cifra de 2018 y alcanzando el segundo registro más alto desde 2015.
Ejecuciones de mujeres y países que reanudan su aplicación
En cuanto al género, se registraron al menos 44 ejecuciones de mujeres en países como Irán (30), Arabia Saudí (9), China, Yemen (2), Egipto (2) e Irak (1). Omán volvió a ejecutar por primera vez desde 2021, mientras que Bangladesh no realizó ninguna ejecución, algo que no ocurría desde 2018. Pese al repunte de casos, el número de países que practicaron ejecuciones se redujo: solo 15 estados aplicaron la pena capital, el número más bajo desde que Amnistía Internacional comenzó a recopilar estos datos.