Imagen: el expresidente de EE.UU., Joe Biden I Chicago Tribune
El expresidente Joe Biden reapareció este martes en Chicago para lanzar un mensaje rotundo contra las políticas del actual Ejecutivo de Donald Trump. El escenario elegido fue la conferencia anual de la organización Abogados, Asesores y Representantes de los Discapacitados (ACRD), donde centró sus críticas en los recortes que afectan al sistema de Seguridad Social y al acceso a beneficios públicos por parte de los más vulnerables.
Aunque evitó mencionar por su nombre al actual presidente, dirigió su mensaje hacia quienes, según él, están desmantelando uno de los pilares del Estado del bienestar estadounidense. “Por primera vez en la historia, los ciudadanos están verdaderamente preocupados por si sus beneficios se verán paralizados o retrasados. Es algo que nunca había ocurrido, ni en tiempos de guerra, ni durante recesiones, ni siquiera en la pandemia“, afirmó.
Una tradición política rota: el nuevo papel del expresidente
Históricamente, los expresidentes de Estados Unidos han mantenido un perfil institucional y alejado del debate partidista. Esa norma tácita ha desaparecido desde la llegada de Donald Trump a la vida política, y Joe Biden parece haber tomado nota. Su discurso en Chicago, cargado de alusiones y advertencias, refuerza su intención de seguir siendo un actor relevante, incluso fuera del poder.
Su intervención tuvo un claro tono de gravedad. Muchos demócratas, sin embargo, consideran que su insistencia en volver a competir en las urnas debilitó al partido y facilitó el retorno de Trump, quien ahora gobierna con una agenda mucho más agresiva y polarizadora.
La Seguridad Social, bajo amenaza de recortes
La principal preocupación expresada en su intervención se centró en los efectos de los recortes promovidos por la Administración Trump a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk. Según cifras difundidas por el propio Biden y recogidas por medios como AS USA, más de 7.000 trabajadores de la Seguridad Social han sido despedidos, lo que ha provocado un deterioro evidente del servicio: páginas web colapsadas, demoras en las tramitaciones, teléfonos sin atención y caos administrativo generalizado.
Un campo de batalla político en plena tensión
Pese a que ya no ocupa un cargo público, Biden parece decidido a influir en el rumbo político del país desde fuera. Sabe que la Seguridad Social es un terreno de alto riesgo electoral: cualquier intento de reforma puede costar caro, incluso si es necesario desde el punto de vista fiscal. El sistema tiene un gasto creciente y difícilmente sostenible, pero recortar sus beneficios sigue siendo un tabú para millones de votantes.
