Imagen: Perímetro de seguridad para la Convención Demócrata en Chicago. AFP
Chicago comenzó a blindarse el domingo en el marco de la celebración de la Convención Nacional Demócrata que tendrá lugar de lunes a jueves en el United Center de Chicago y que sellará la candidatura presidencial de Kamala Harris. Unas 50.000 personas se han dado cita en este primer día de convención, que reunirá a miles de delegados del partido, voluntarios y periodistas de prácticamente todos los rincones del planeta para seguir el gran evento.
No obstante, unas calles más allá, más de un centenar de grupos del ala izquierda del partido habían convocado para este lunes una gran protesta para manifestarse contra la guerra en Gaza. En vísperas de la inauguración, un millar de personas ya marcharon por las calles de Chicago con banderas palestinas para exigir “el cierre de la convención”.
En parte por estas protestas, y también por la magnitud del evento, la ciudad del estado de Illinois presentará durante toda la semana una fuerte presencia policial -estatal y federal- y amplios cordones de seguridad para aplacar las manifestaciones propalestinas.
Esta cuestión ha sido uno de los asuntos que más ha dividido al Partido Demócrata durante meses. Por un lado, los grupos progresistas y árabes estadounidenses señalan una cifra de muertos palestinos que ya supera los 40.000 para acusar de genocidio al presidente Joe Biden por sus posiciones proisraelíes. Y por otro, los grupos proisraelíes que protestan contra el uso del término “genocidio” y que consideran que Israel solo responde a los atentados de Hamás del 7 de octubre.
Los activistas denuncian el respaldo de la Administración Biden a Benjamin Netanyahu
Los activistas propalestinos denuncian el respaldo político, diplomático y militar que ha brindado la Administración Biden –Harris incluida– al Gobierno israelí que preside Benjamin Netanyahu, para quien los fiscales de la Corte Penal Internacional (CPI) pidieron el pasado mes de mayo la emisión de una orden de arresto por la comisión de posibles crímenes de guerra en Gaza. Un movimiento que Biden, por cierto, despreció.
Las medidas de seguridad se han extendido por toda la ciudad por miedo a que se repitan las escenas de la famosa Convención Nacional Demócrata de 1968, en la que las protestas contra la guerra de Vietnam se saldaron con un muerto, centenares de detenidos y escenas de violencia policial en un año de gran tensión política.
La Coalición para Marchar en el DNC convocó una protesta el lunes y otra el jueves, y esperan congregar a más de 20.000 personas procedentes de todo el país para exigir el fin de la guerra en Gaza en mitad de las negociaciones para un alto el fuego en Catar.
La actitud de la propia Harris tampoco ha servido para aplacar las movilizaciones. La pasada semana, tras ser interrumpida durante un mitin en Míchigan por manifestantes propalestinos, la vicepresidenta replicó: «Creemos en la democracia. La voz de todos importa, pero estoy hablando yo. ¿Sabéis qué? Si queréis que gane Donald Trump, decidlo. Si no, estoy hablando yo». Su respuesta no sentó bien a los manifestantes.