El colapso de la red de falsos científicos vinculados a universidades saudíes ha comenzado. Desde abril de 2022, cuando una investigación destapó una trama de sobornos para mejorar artificialmente la posición de estas instituciones en los rankings globales, el número de investigadores muy citados que declaraban trabajar en Arabia Saudí ha caído un 76%. Según el informe, algunos recibían hasta 70.000 euros anuales por falsificar su afiliación académica, un fraude en el que participaron al menos 19 españoles.
Uno de ellos, el químico Damià Barceló, afirmó durante seis años ser profesor principal en la Universidad Rey Saúd, en Riad, pese a que lideraba el Instituto Catalán de Investigación del Agua, en Girona. La Universidad Rey Saúd, que en 2022 presumía de 38 científicos muy citados, ha visto su cifra desplomarse a una decena tras el escándalo.
La trampa de los rankings académicos
Arabia Saudí llegó a ocupar un lugar destacado en la Lista de Científicos Muy Citados, elaborada por Clarivate, que reúne a los 7.000 investigadores con mayor impacto académico. Este prestigioso reconocimiento, clave para mejorar posiciones en el influyente ranking de Shanghái, motivó a las instituciones saudíes a recurrir a sobornos y otras irregularidades. Sin embargo, tras el endurecimiento de los filtros de Clarivate, el número de investigadores saudíes pasó de 109 en 2022 a solo 26 en la lista publicada el pasado 19 de noviembre.
Dos españoles, los ecólogos Carlos Duarte y Fernando Maestre, siguen en la lista, ya que efectivamente trabajan en la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, en Thuwal. Pero otros, como Rafael Luque, químico sancionado por la Universidad de Córdoba con 13 años de suspensión, han sido eliminados. Luque declaró falsamente trabajar en Arabia Saudí, lo que causó que su universidad perdiera 150 puestos en el ranking de Shanghái.
El impacto global del escándalo
El analista suizo Yoran Beldengrün, autor de un informe sobre el caso, calificó la caída en el número de científicos muy citados como un avance hacia la integridad en la investigación. Según sus datos, en la última década, más de 200 investigadores internacionales, especialmente de China, España y Estados Unidos, aceptaron declararse empleados de universidades saudíes, aunque trabajaban en sus países de origen.
Por su parte, David Pendlebury, de Clarivate, informó que este año se han intensificado las medidas contra prácticas fraudulentas, como autocitas masivas y pactos de citación entre investigadores. Estas acciones han llevado a la exclusión de 2.000 científicos de la lista de 2024, un récord histórico.
Universidades y nombres implicados
La Universidad Rey Abdulaziz, en Yeda, desempeñó un papel destacado en la captación de científicos españoles, apoyándose en intermediarios como el matemático Juan Luis García Guirao, catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena. En 2022, esta universidad figuraba con 12 investigadores muy citados; hoy, no cuenta con ninguno.
Otras instituciones saudíes, como la Universidad de Taif, también recurrieron a esta estrategia. Entre los implicados destaca Francisco Tomás Barberán, investigador del CSIC en Murcia, quien afirmó trabajar en Taif mientras continuaba sus labores en España. El CSIC abrió expedientes disciplinarios contra cinco de sus miembros involucrados en esta trama.