Norcoreanos reunidos homenajeando a sus líderes // Mark Harris
Durante dos décadas, Corea del Norte ha sido sinónimo de represión religiosa extrema, particularmente hacia los cristianos. Sin embargo, en 2022, Afganistán superó a Corea del Norte tras la toma de control de los talibanes en el verano de 2021, lo que intensificó la violencia religiosa en el país. No obstante, durante el periodo de reportaje de 2023, la violencia más cruda en Afganistán se atenuó y permitió a muchos cristianos abandonar el país, devolviendo a Corea del Norte su lugar habitual en la lista.
El contexto de repatriaciones forzadas desde China ha exacerbado la situación. En semanas recientes, tras el anuncio de Pyongyang de reabrir la frontera con China, las autoridades chinas comenzaron a enviar de vuelta a cientos de refugiados norcoreanos. Según Human Rights Watch, en agosto fueron repatriados 80 norcoreanos y en septiembre otros 40. En octubre, justo al final del periodo de reportaje de 12 meses de la Lista Mundial de la Persecución de 2024, China envió cinco convoyes a lo largo de la frontera con Corea del Norte, elevando el número total de repatriados a cerca de 600 personas.
La repatriación forzosa de refugiados norcoreanos, en su mayoría mujeres, es una violación flagrante de la ley internacional, que prohíbe tal práctica. Human Rights Watch ha advertido que los repatriados enfrentan un alto riesgo de ser detenidos en campos de trabajo forzoso, además de sufrir tortura, violencia sexual, desaparición forzada y ejecución. Aunque no se sabe cuántos de estos repatriados son cristianos, el régimen norcoreano de tratar con cero tolerancia a los creyentes ha sido históricamente una fuerte motivación para que los cristianos intenten escapar del país, a pesar de los riesgos.
El cierre de la frontera con China durante la pandemia del COVID-19 en 2020 redujo significativamente los intentos de cruce de fronteras. No obstante, la reciente reapertura ha visto un incremento en las repatriaciones, destacando la vulnerabilidad continua de los refugiados norcoreanos. La presión sobre los cristianos en Corea del Norte sigue siendo extrema en todos los ámbitos de la vida evaluados por la Lista Mundial de la Persecución, con puntuaciones máximas en todas las categorías, excepto en la violencia.
A pesar de la represión asfixiante, la fe cristiana sigue brotando en Corea del Norte. En abril de 2023, Radio Free Asia informó sobre el arresto de cinco miembros de una familia que se reunían para orar, un incidente que llamó la atención no solo por su naturaleza, sino por la rapidez con la que se hizo pública. Estos brotes de fe, aunque sorprendentes, son testimonio de la resiliencia de los creyentes en un entorno de persecución implacable.
La comunidad internacional sigue vigilante ante las violaciones de derechos humanos en Corea del Norte, gracias a la labor de ONG como Human Rights Watch y Puertas Abiertas, destacando la necesidad urgente de proteger a los refugiados y abordar la persecución religiosa en el país. A medida que las fronteras se vuelven a abrir y las políticas de repatriación forzosa continúan, la situación de los cristianos en el régimen comunista de Corea del Norte permanece como una prioridad urgente en la agenda de derechos humanos global.