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29 Apr 2025
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Correos revelan que Joe Biden intercedió para mantener el flujo de gas ruso hacia Ucrania mientras su hijo trabajaba para Burisma

Documentos revelan que Biden, como vicepresidente, facilitó un acuerdo de gas entre Rusia y Ucrania en 2014, mientras Hunter Biden trabajaba para Burisma. La medida contradice su retórica pública y genera dudas sobre conflicto de intereses
Presidente Estados Unidos Biden

Aunque el entonces vicepresidente Joe Biden lideraba públicamente la ofensiva para sancionar a Rusia tras la invasión de Ucrania en 2014, nuevos correos del gobierno revelan que actuó en privado para facilitar un acuerdo que permitió reanudar el suministro de gas ruso a Ucrania. Este acuerdo coincidió con los esfuerzos de Burisma —la empresa energética ucraniana vinculada a su hijo Hunter Biden— por lograr alivio ante la crisis energética. Los correos, enviados a una cuenta privada bajo el seudónimo RobinWare456@gmail.com, fueron entregados recientemente sin censura al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes y sugieren un rol más directo de Biden de lo que se sabía hasta ahora.

La evidencia, obtenida por Just the News mediante una solicitud legal, indica que Biden jugó un papel crucial en garantizar el suministro de gas desde Rusia a Ucrania en el otoño de 2014, pese a las tensiones geopolíticas tras la anexión de Crimea. Aunque públicamente se atribuyó el éxito del acuerdo a la canciller alemana Angela Merkel, un correo interno sugiere que Biden fue determinante. “El acuerdo de gas con Ucrania acaba de firmarse. Los alemanes dijeron que la llamada [de Tony] llegó en un momento crítico”, escribió el asesor Jeffrey Prescott el 30 de octubre de 2014, en referencia a Tony Blinken, entonces subsecretario de Estado y estrecho colaborador de Biden.

El correo también menciona a Amos Hochstein, asesor energético del Departamento de Estado y luego interlocutor de Hunter Biden en temas relacionados con Burisma. Apenas seis días antes, Merkel había pedido personalmente a Vladimir Putin que alcanzara un acuerdo. El hecho de que el correo fuese dirigido a la cuenta privada del vicepresidente contradice las declaraciones públicas de Biden y del presidente Obama, quienes en ese momento promovían sanciones contra compañías rusas.

En primavera de 2014, Biden había viajado a Kiev para advertir sobre la dependencia energética de Moscú y prometer ayuda para diversificar las fuentes de energía. Sin embargo, en paralelo se abría una vía diplomática para restaurar el suministro ruso, considerado vital por Hunter Biden en un correo dirigido a su socio Devon Archer. En abril de ese año, Hunter —entonces en proceso de unirse al directorio de Burisma— advirtió que un corte del gas ruso pondría a la empresa en riesgo. “No hay solución inmediata para reemplazar a Rusia”, escribió, y añadió que incluso duplicando la producción local, Ucrania seguiría dependiendo en un 35% del gas ruso.

En ese contexto, mantener el flujo energético desde Rusia era visto por Burisma como un mal necesario para evitar presiones sobre sus precios. Además, la compañía enfrentaba una investigación penal en Ucrania, y el bufete Boies Schiller & Flexner, vinculado a Hunter, diseñó una estrategia para presionar en Washington con el fin de detener dicha investigación. Ese plan incluía al Departamento de Estado, al Congreso y a medios de comunicación, bajo el argumento de que debilitar a Burisma sería contrario a los intereses estratégicos de Estados Unidos.

Hunter alertó en sus comunicaciones internas sobre el riesgo reputacional: “Si se percibe que estamos aprovechando la situación de precios… todo se puede venir abajo”. Burisma temía que cualquier señal de oportunismo energético pudiera volverse en su contra en el contexto de una crisis internacional.

Mientras tanto, la administración Obama reconocía que cortar totalmente el gas ruso no era factible. “Incluso en la Guerra Fría, Rusia siguió vendiendo gas a Europa”, dijo Obama en una rueda de prensa junto a Merkel. Por su parte, Biden reconoció en noviembre de 2014 que la mediación europea y la intervención estadounidense fueron clave para evitar una nueva crisis energética invernal.

Durante los meses previos al acuerdo, Hunter Biden y sus socios —incluido Devon Archer— seguían de cerca las negociaciones energéticas. Trabajaban también con David Leiter, lobbista de Burisma en Washington. Correos de septiembre y octubre muestran que estaban al tanto de proyectos legislativos ucranianos que podrían afectar al sector privado del gas y trataban de influir en funcionarios estadounidenses para intervenir.

En uno de esos correos, Leiter agradece a Burisma por la información sobre los proyectos legislativos y promete intervenir para frenarlos. Archer reenvía el mensaje a Hunter, lo que refleja el nivel de coordinación entre la empresa y sus operadores en EE. UU. Además, Hunter se reunió con Frank Mermoud, exfuncionario del Departamento de Estado, quien luego le ofreció colaboración a través de su firma de asesoría, Orpheus. Mermoud incluso envió a Joe Biden un informe sobre la situación política en Ucrania y las conversaciones energéticas en curso.

Todos estos intercambios refuerzan la percepción de que Hunter estaba profundamente involucrado en los esfuerzos de Burisma para proteger sus intereses ante el gobierno estadounidense, mientras su padre desempeñaba un papel clave en la política exterior hacia Ucrania.

El bufete Boies Schiller & Flexner redactó un extenso plan de 58 páginas en el que detallaba cómo cabildear ante el Departamento de Estado y otras entidades para frenar la investigación a Burisma. En el documento se argumenta que impedir el colapso de una empresa energética clave justificaba, desde el punto de vista estratégico, una intervención diplomática.

Esta postura contradice las afirmaciones de varios legisladores demócratas, quienes sostenían que Burisma no estaba siendo investigada cuando Biden pidió el despido del fiscal general ucraniano Viktor Shokin en 2015. Pero según el plan legal filtrado por Just the News, Burisma sí estaba bajo investigación al menos desde 2014.

Devon Archer, que testificó ante el Congreso y habló con Just the News, confirmó que Burisma estaba en “modo supervivencia”. Aseguró que contrataron a Hunter como parte de una estrategia para estabilizar la compañía y que no le sorprendería que se le pidiera intervenir políticamente. “No sabría si pedían a Hunter que hiciera llamadas sobre legislación, pero sé que harían cualquier cosa para sobrevivir, incluso poner al hijo del vicepresidente en su junta”, declaró.

Consultado sobre el interés de Burisma en mantener el flujo de gas ruso, Archer fue tajante: “No era algo que se discutiera en la junta, pero conociendo su historia, si eso les ayudaba a sobrevivir o ganar dinero, probablemente lo habrían apoyado”.

El silencio del Departamento de Estado y del abogado de Hunter Biden frente a estas revelaciones deja abiertas nuevas preguntas. Los documentos muestran cómo negocios familiares, política exterior y estrategias de cabildeo se entrelazaron en un momento crucial para Ucrania y para la credibilidad de la administración Obama-Biden.

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