En 2022, la Corte Suprema delegó a los estados la regulación del aborto con el fallo Dobbs. Pero esto llevó a un aumento inesperado de leyes que amplían el aborto, incluso en estados conservadores. Un grupo provida alertó la semana pasada que los abortos están en aumento. Mientras tanto, la Corte Superior rechazó proteger a estudiantes que cuestionan la ideología de género en escuelas públicas.
En Massachusetts, la Corte mantuvo la prohibición a Liam Morrison de usar camisetas con mensajes como “solo hay dos géneros”, tras varios castigos. La decisión muestra cómo SCOTUS pasa el problema a niveles estatales y escolares. El juez David Barron, conocido por asesorar al gobierno Obama en ataques con drones, avaló esta censura bajo una doctrina de deferencia judicial. Kristen Waggoner, de Alliance Defending Freedom (ADF), advirtió que la lucha contra la ideología de género depende de la censura para sobrevivir.
La batalla por la verdad y la libertad en las aulas
“Nuestro derecho básico a decir la verdad está en juego”, afirmó Waggoner. ADF representa a Morrison y tiene un historial sólido en la Corte Suprema, aunque esta vez no aceptó el caso. David Cortman, de ADF, señaló que la escuela Nichols promueve abiertamente la ideología transgénero, pero no tolera opiniones contrarias. Esto representa una discriminación basada en el contenido.
Robert Corn-Revere, de la Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión, lamentó que la Corte Suprema no reafirmara la protección contra la discriminación de puntos de vista en escuelas públicas, según la doctrina de Tinker. El Primer Circuito, que incluye Massachusetts, no tiene jueces designados por presidentes republicanos, lo que influye en sus decisiones. Recientemente, el Instituto para la Libertad de Expresión apeló otro caso similar, esta vez contra la prohibición de protestas silenciosas con pulseras “XX”.
La disidencia de Alito y la confusión judicial
El juez Samuel Alito escribió una fuerte disidencia contra la negativa de la Corte a revisar el caso Morrison. Él y Clarence Thomas apoyan el precedente Tinker, que protege la libertad de expresión estudiantil.
Alito dijo que miles de estudiantes han perdido sus derechos en el Primer Circuito, y los tribunales inferiores están confundidos sobre cómo balancear derechos y disciplina escolar. Criticó que la edad de Morrison (12 años) se usara para justificar apartarlo de Tinker, que protegió a Mary Beth Tinker, de 13 años. Para Alito, las escuelas deben tolerar el discurso disidente, incluso en temas de identidad de género.
El Primer Circuito creó una nueva prueba que permite censurar mensajes pasivos si se interpreta que degradan identidades personales y “envenenan” el ambiente escolar. Alito afirmó que el riesgo de interrupción en Tinker fue mayor que en este caso, donde la Corte Suprema permitió la censura basándose en temores vagos.
Un llamado a proteger el discurso disidente
Alito recordó que la prohibición de discriminación por punto de vista es esencial para el orden constitucional, incluso en discursos conflictivos. La Corte de Apelaciones se equivocó gravemente al relajar el estándar de Tinker. La neutralidad de puntos de vista debe ser el centro de la Primera Enmienda, dijo, citando su propio precedente.
La batalla en las escuelas públicas por la libertad de expresión y la resistencia a la ideología de género está lejos de terminar. El fallo Dobbs ha dejado este tema en manos estatales, complicando aún más la situación.